domingo, 10 de marzo de 2013

MARÍA LUISA NOS COMPARTE SU TESTIMONIO DESDE HAITI

Os compartimos hoy el testimonio de María Luisa Picón y su comunidad de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, en el Noroeste de Haití: Bombardópolis, Diócesis de Port- de- Paix, muy cerca a la playa donde arribó Cristóbal Colón hace mas de 500 años.

María Luisa Picón, con una familia de Bombardopolis


“Queridos amigos:

 Voy a , intentar compartir algo de nuestra vida en estas montañas de Haití. Y digo intentar, porque al repasar lo que vivimos y hacemos, todo me parece tan normal que cuesta descubrir los aspectos que puedan ser significativos para vosotros. Tal vez lo extraordinario de nuestro vivir aquí, es precisamente que lo vivamos como normal: La vida de oración personal y comunitaria, la Palabra de Dios iluminando el día, la atención a la casa, dar buena acogida a todo el que llega, las compras, limpiezas, hacer la comida. . . nuestros programas de trabajo, con niños, jóvenes, mujeres, ancianos. También estamos gestionando proyectos para la Parroquia, entre ellos uno de Manos Unidas para ampliación de cuatro de las once Escuelas Comunitarias que tiene la Parroquia. Ahora, en vacaciones del colegio colaboramos dando clases de español e inglés. Cuando el sacerdote esta aquí atendemos a la sacristía y participamos en la Eucaristía como Ministros Extraordinarios de la Comunión.

Cada día, en la oración de la tarde, repasamos lo vivido y presentamos al Señor lo más significativo de la jornada: acción de gracias por las visitas que hemos hecho, por nuestros bienhechores que hacen posible que estemos aquí, por el donativo recibido para otro depósito de agua, por el dinero que ha mandado un padre de familia por la Primera Comunión de su hijo, que servirá para becar a 52 niños, en este próximo curso escolar. Pedimos perdón a Dios por las limitaciones humanas de las que somos conscientes y presentamos al Señor las necesidades de nuestras familias, las de Bombardópolis, de los gobernantes del país, de la Iglesia.
Familia delante del aljibe
 Para nosotras hacer presente el Reino de Dios en nuestra misión de Bombardópolis hoy, nos lleva a trabajar por la liberación del mal en todas sus expresiones, amar como criterio de actuación, preferenciando a los más pobres, favoreciendo el protagonismo de la gente con quienes trabajamos y vivimos. Para ello, en Pastoral Social tenemos 3 principios de oro: Sostenibilidad en lo que colaboramos para mejorar la vida de la gente. Productividad: en lo posible, no hacer cosas puntuales y aisladas, sino aquello que la misma gente pueda hacer producir y dar continuidad, por último la Formación. Como ejemplo concreto, os comparto mi trabajo con mujeres. Empezamos hace 9 años con un pequeño grupo enseñándoles croché, aprovechando unos hilos que habían llegado en una caja, creo que de Canadá. Ahora son un buen número las que bordan bastante bien, reciben dinero por su trabajo que después vendemos. Con el resto de ganancias, hemos organizado un taller de costura con dos profesoras, de entre ellas mismas. En este próximo mes de septiembre, ampliaremos el programa a una aldea cercana al pueblo. La gente campesina con las que nosotras vivimos, son sufridos y aguantadores, trabajadores, cariñosos, religiosos cien por cien, de los que cada día aprendemos cosas buenas para la vida.
 
María Luisa enseñando a un grupo de señoras a bordar

Del gobierno lo poco que nosotras conocemos es “ausencia”: en carreteras, educación, luz, agua, proyectos de desarrollo. Como la gente dice en kreyol: “Pagen goubernan” (no hay gobernantes).
Ayer llegó nuestro párroco de Puerto Príncipe y nos dijo que la inseguridad en la capital ha aumentado notablemente. Que no es aconsejable salir a la calle después de las cinco de la tarde. Le preguntamos ¿Qué hacen los miles de cascos azules rondando todo el día por la ciudad? El contestó: “Nada. A ellos no les interesa que termine la violencia en las calles de Puerto Príncipe porque pierden los grandes sueldos que tienen”. Aquí se cultiva la paciencia.Un abrazo con mi recuerdo y cariño”

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