lunes, 1 de abril de 2013

EL PAPA FRANCISCO PIDE LA PAZ PARA EL MUNDO.

Ha vencido el amor, ha triunfado la misericordia.

Francisco se ha vuelto a asomar al balcón central de la Basílica de San Pedro, el mismo al que salió después de su elección como Papa,  en el que se presentó al mundo. Esta vez para dar desde allí su primer mensaje 'urbi et orbi' (a la ciudad y al mundo), con el que ha coronado la misa de Domingo de Resurrección que ha celebrado ante decenas de miles de personas en una Plaza de San Pedro a reventar de gente.
El Papa ha hecho en su mensaje un fortísimo llamamiento a favor de la paz y ha pedido el fin de algunos de los principales conflictos que amenazan al planeta: desde Corea a Mali, pasando por Irak y Siria o las hostilidades entre palestinos e israelíes.
Pero Francisco no sólo ha pedido paz en las zonas sacudidas por conflictos bélicos, sino que también ha criticado con dureza las desigualdades sociales impuestas por la avidez de dinero:
"Paz a todo el mundo, aún tan dividido por la codicia de quienes buscan fáciles ganancias, herido por el egoísmo que amenaza la vida humana y la familia, desgarrado por la violencia ligada al tráfico de drogas y la explotación inicua de los recursos naturales. Paz a esta Tierra nuestra".
El Papa ha repasado en su primer mensaje 'urbi et orbi' los principales conflictos que sacuden al mundo. Especialmente Siria: "¡Cuánta sangre derramada! ¿Cuánto dolor se ha de causar todavía, antes de que se consiga encontrar una solución política a la crisis?", se preguntaba el Papa al respecto.
Francisco también ha pedido paz entre israelíes y palestinos: "Para que reanuden las negociaciones con determinación y disponibilidad, con el fin de poner fin a un conflicto que dura ya demasiado tiempo". Y paz también para Irak, para que en ese país "cese definitivamente toda violencia".

La amenaza de Corea del Norte

No ha faltado una alusión especial del Pontífice a la peligrosa situación que se vive tras la declaración de guerra de Corea del Norte contra Corea del Sur. "Paz en Asia, sobre todo en la Península coreana, para que se superen las divergencias y madure un renovado espíritu de reconciliación".
Y, por supuesto, "paz para África, escenario aún de conflictos sangrientos", ha destacado Francisco, que ha pedido en concreto por Mali, "para que vuelva a encontrar unidad y estabilidad". Por Nigeria, "donde lamentablemente no cesan los atentados, que amenazan gravemente la vida de tantos inocentes, y donde muchas personas, incluso niños, están siendo rehenes de grupos terroristas". Y paz para la República Democrática del Congo y la República Centroafricana, "donde muchos se ven obligados a abandonar sus hogares y viven todavía con miedo".
El Papa comenzó su mensaje 'urbi et orbi' anunciando la resurrección de Cristo y esperando que el mensaje de esperanza que entraña llegue sobre todo "allí donde hay más sufrimiento, en los hospitales, en las cárceles...". A continuación, Francisco ha analizado lo que significa este hecho:
"Significa que el amor de Dios es más fuerte que el mal y la muerte misma, significa que el amor de Dios puede transformar nuestras vidas y hacer florecer esas zonas de desierto que hay en nuestro corazón", ha explicado. "Jesús ha resucitado, hay esperanza para ti, ya no estás bajo el dominio del pecado, del mal. Ha vencido el amor, ha triunfado la misericordia".
El Papa ha destacado que la resurrección de Jesús simboliza "el paso del hombre de la esclavitud del pecado, del mal, a la libertad del amor y la bondad". Y ha pedido a los católicos que pongan en práctica en sus vidas cotidianas ese paso de la esclavitud del mal a la libertad del bien. "Cuántos desiertos debe atravesar el ser humano también hoy. Sobre todo el desierto que está dentro de él, cuando falta el amor de Dios y del prójimo, cuando no se es consciente de ser custodio de todo lo que el Creador nos ha dado y nos da. Pero la misericordia de Dios puede hacer florecer hasta la tierra más árida, puede hacer revivir incluso a los huesos secos", ha sentenciado.

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