lunes, 15 de julio de 2013

NOS VOLVIMOS A ENCONTRAR CON MUCHA ALEGRÍA.

Que alegría experimentamos al volvernos a encontrar con las personas laicas misioneras que vinieron al encuentro de este mes.
Abajo: Estelita y Rebeca. De pié: María Elena, Gladys y Juliana Maria
Nos saludamos, con mucho cariño, la Hermana Juliana María nos dió la bienvenida  y empezamos espontáneamente a compartir lo que habíamos vivido en este tiempo, aunque a través de las redes  virtuales nos vamos informando de lo que vamos haciendo día a día, pero al hacerlo personalmente se transmiten los sentimientos y vivencias de manera más  profunda.


Seguimos viendo las Motivaciones para ser Misioneros, según el documento de Aparecida, que esta vez fueron la cuarta: "Liberar y a los demás de las esclavitudes y engaños" y la quinta: "La pasión por extender el Reino de Dios".

Este compartir estas motivaciones nos llegó al corazón y nos impulsó fuertemente a cómo tenemos que vivir nuestro compromiso cristiano-misionero en nuestra  vida diaria.

Seguimos trabajando el tema del Amor del Corazón de Jesús en nuestra vida según nuestras Constituciones y nos llamó la atención  esta frase de que "El Corazón de Jesús es fuente de espiritualidad y centro unificador de nuestro ser y   hacer"¡Que bella frase!, que nos empuja y dinamiza para EVANGELIZAR AMANDO.

Rebeca, Hnas Nuria y Juliana María, Estelita y M. Elena



En esta ocasión, tuvimos la suerte de que la Hermana Nuria Pijuan, religiosa_misionera en Huampami, Río Cenepa, Condorcanqui, nos transmitió su testimonio de vida y nos ayudase a entender la realidad de nuestros hermanos awajúm y las grandes dificultades que tienen de salir adelante, y que nosortros los de la Costa lo desocnocemos totalmente.




 Terminamos la tarde, pasando a la capilla, uniéndonos en oración junto a la comunidad de las hermanas mayores, que siempre con su sonrisa y acogida nos transmiten la vivencia de la misión, y sus reflexiones nos ayudan a profundizar más en esta vocación laical-misionera.


 La capilla estaba ambientada con una gran gigantografia de Jesús abrazando el mundo, desde este deseo de querer abrazar el mundo al estilo de Jesús, hicimos nuestra oración, sintiéndonos una vez más enviadas a ANUNCIAR EL REINO.
Como ya es costumbre, terminada nuestra oración,  compartimos una merienda que nos ayuda a sentirnos  más familia misionera.

GRACIAS HERMANAS MISIONERAS POR AYUDARNOS A CONOCER MÁS LA REALIDAD DE NUESTROS HERMANOS DE LA SELVA

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