domingo, 1 de junio de 2014

NUESTRA COMUNIDAD LAICAL CRECE EN ALEGRÍA Y ESPERANZA

Comunidad Misionera Laical de la Compañìa Misionera del Sagrado Corazón de Jesús.

Es cierto que la amistad se va forjando en la medida que nos vamos conociendo y compartiendo y esto es lo que nuestra Comunidad Misionera Laical, va experimentando en los distintos encuentros que vamos teniendo.

La oración de entrada fue muy original y profunda,  ya que se nos invitó a ir a la Clínica del Señor y hacernos un chequeo de rutina y nos dimos cuenta que estábamos enfermos: Nos falta ternura, llenar nuestro corazón de amor, estamos sordos,  nos falta  escuchar mas a  Jesús y a nuestros hermanos y  nos invita a escuchar su voz cada día. Al encontrarnos  enfermos se nos dio la siguiente receta: Beber un vaso de agradecimiento, tomar una cucharada de paz, un comprimido de paciencia,  una copa de humanidad, inyectarnos una dosis de amor y tomar dos cápsulas de conciencia tranquila...

Al incorporarse nuevas personas a nuestra comunidad,  hemos sentido la necesidad de compartir más de fondo lo que cada uno vamos viviendo, para así conocernos un poco más. La experiencia que compartimos fue: ¿Que habíamos hecho en este tiempo, que nos ha ayudado a tomar conciencia de que somos misioneros laicos?. Damos gracias a Dios por las experiencias que cada uno  aportó y que nos quedamos muy admirados de cómo el Espíritu nos va conduciendo por distintos caminos.  Reflexionando nos damos cuenta de cómo vamos transmitiendo el Carisma de la Compañía Misionera, de  EVANGELIZAR  AMANDO.

Seguidamente compartimos el el documento que vamos a presentar sobre el tema de Laicos a la IX ASAMBLEA GENERAL.

Tuvimos la alegría de tener entre nosotros a la Hermana Carmina Marcos, que después de estar en la misión de Jeberos casi 40 años en la selva del Perú, nos compartió su testimonio desde el inicio de su vocación y el trabajo realizado en la Parroquia de Jeberos, ya que al no haber sacerdote, asumen todas las funciones propias de la  Parroquia.







Toda esta rica vivencia compartida la llevamos a  la oración comunitaria que tuvimos con las hermanas, haciendo énfasis en las palabras de Jesús: "YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA"(Jn, 14,6).  Y terminamos con la Consagración al Corazón de Jesús, sintiéndonos enviados a ser MISIONEROS DE SU AMOR.


Y como de costumbre pasamos a compartir un ágape, que nos ayuda a ir estrechando lazos de amistad y solidaridad.

¡DAMOS GRACIAS A DIOS 
POR NUESTRA COMUNIDAD MISIONERA LAICAL,
SIGUIENDO EL ESPÍRITU QUE NOS TRANSMITIÓ 
MADRE PILAR,  NUESTRA FUNDADORA!.





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