jueves, 28 de abril de 2016

¡¡¡LA SEMILLA BROTA EN MATSI, REPUBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO!!!

Las hermanas de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, residentes en Matshi, (República Democrática del Congo) nos comparten lo que ha sido el comienzo de la nueva comunidad en esa misión.

Este curso 2015-2016 formamos la comunidad: Myriam Atilingi, Nathalie Mingele, Snehal Macwan y Dorothée Muke. Forman parte del grupo, aunque viviendo en una casita aparte cuatro aspirantes: Francine, Chantale, Nadège y Hornela. Estas jóvenes estuvieron ya en contacto con nosotras el curso pasado e incluso hicieron una experiencia de dos meses de vida comunitaria en Kinshasa.


El mes de septiembre, Nathalie y Myriam llegaron a Matshi con el fin de no retrasar más nuestra presencia en la misión y preparar la acogida del resto de la comunidad que, acompañadas de Adeline, responsable de la zona de Africa, llegarían a primeros de noviembre.

ACOGIDA DE ADELINE, SNEHAL, DOROTHEE Y LAS CUATRO ASPIRANTES

Nathalie y Myriam empezaron por arreglar bien la casa y, estando ya en la estación de lluvias, ver cómo arreglar la carretera para hacer posible de la mejor manera de la llegada a la misión de las hermanas.

Este año no disponíamos de un grupo de hombres que recibiendo un pequeño salario mantenían los caminos transitables, y pensando sobre todo en los trozos más difíciles, que son casi intransitables, para que pudieran llegar las hermanas  Ngashi Dibaya, Myriam y Nathalie decidieron hablar con los alumnos de nuestras escuelas, el Liceo y el Centro Social.

Empezaron por explicarles sobre la llegada de las hermanas y les hicieron esta pregunta: “¿Como ven el camino de la colina de Ngashi? ¿Podrán las hermanas llegar a la misión? “ La respuesta fue unánime: “El camino no está transitable, todos nosotros estamos dispuestos a colaborar, no perdamos más tiempo y vayamos a trabajar.”

Los chicos cogieron machetes y palas y las chicas azadones y todos, junto con los profesores, se fueron a arreglar el camino. Nosotras dos empezamos con los preparativos para ofrecerles una buena comida a su llegada después de un viaje tan largo; teníamos pollos y hasta matamos una cabra para el día siguiente.

LLEGADA DE LAS HERMANAS A MATSHI


Las viajeras llegaron el día ocho de noviembre hacia las tres de la tarde. La alegría de toda la población fue grande y también la sorpresa de que llegaran tan pronto dado el estado de la carretera. El Señor nos escucho y todo salió bien gracias a la colaboración de nuestros alumnos y sus profesores.

Los jóvenes gritaban y se acercaban a las recién llegadas dándoles la bienvenida “kuikwisa ya mbote” y cada uno trataba de escoger como amiga especial sea una de las hermanas o una de las aspirantes y les decían “mono me simba nge kinduku” que quiere decir, quiero que seas mi amiga.

Una vez, todo el mundo satisfecho del encuentro y de la amistad hecha, empezó el desfile de regalos, maíz, cacahuetes, manioco, verduras, leña, etc….

Me gustaría seguir contando más detalles, pero el tiempo no me lo permite; si quiero decirles, que tanto la gente como las hermanas se han sentido mutuamente acogidas y queridas.

Y después de esta calurosa acogida y del merecido descanso, nos metimos ya la comunidad en discernir como organizar nuestra vida paara poder estar al servicio del pueblo. Estamos contentas del proceso llevado para ello y somos también conscientes de la responsabilidad que nos ha sido confiada en la acogida de las cuatro aspirantes

El Dueño de la Mies hará su obra en cada una de nosotras para que seamos verdaderos testigos de Cristo, especialmente para nuestras cuatro jóvenes que quieren conocer más de cerca la Compañía aquí en Matshi. Que su  oración nos acompañe.

Que el Señor nos ayude a todos para construir un mundo mejor para su mayor gloria.

Un abrazo


La comunidad de Matshi

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