domingo, 23 de octubre de 2016

¡¡¡Y SEGUIMOS CAMINANDO CON ILUSIÓN!!!





ANA BURGOS, laica de la COMPAÑÍA MISIONERA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS nos comparte su  experiencia vivida en el encuentro de la COMUNIDAD LAICAL del mes de Octubre.
Es un honor para los Laicos reunirnos una vez al mes, para continuar con nuestra formación cristiana y misioneros como. Muchas gracias  hermanas, por acogernos y sentirnos  parte de la Compañía Misionera y por haber tenido como acompañante todo este tiempo a nuestra querida hermana JULIANA MARÍA, que tanto nos ha ayudado en nuestro proceso vocacional.
Comunidad Laical con Juliana María 
Astrid, Delia, Ana, Celia y Marta
 Iniciamos con la oración de entrada que lo dio nuestra querida Astrid Montagne, leímos el evangelio, que nos habla sobre el amor y la gratitud. La gratitud, que empieza por casa. Para nosotros,  nuestra familia, nuestra CASA ESPIRITUAL es la Compañía Misionera. En ese sentido, compartimos lo que significa la vida de cada una de las Misioneras  mayores y enfermas,  que han ido gastando su vida en la selva del Perú  y que para nosotros son un ejemplo vivo de la entrega a Jesús y a nuestros hermanos.


Justo, Carmen, Yoli, Gladys y Maria Elena
Con respecto al evangelio del día comentamos sobre aceptar nuestra vida tal y como es.   Que no todo lo que nos pasa en la vida depende del tiempo sino de la Actitud que tengamos frente a ella. Que debemos  aprovechar cada momento,  hora,  minuto de nuestra vida. Aceptar a las personas tal y como son, amar sus imperfecciones porque son únicas.  No dejarnos llevar por la apariencia de las personas, porque siempre cambia con el tiempo. El amor en nuestra vida es vital. Debemos fomentar y alentar el amor Dios, el Amor a la vida, a la familia y los grandes y queridos amigos que nos llenan el alma.

 


Rolo, Nora, Rossana y Tervi

En este encuentro hemos compartido las experiencias de este tiempo vividas y revivimos  la experiencia de estar presentes en el fallecimiento de nuestra querida hermana, MARÍA LUISA LATORRE, que nos   permite estar más comprometidas y agradecidas a la Compañía Misionera.  Nos hizo sentir que somos parte de esta gran familia de  la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús.

Nuestro almuerzo más allá de lo que se compartió fue un almuerzo lleno de amistad y fraternidad. Compartimos un rico postre que nos endulzó la tarde.


Marta y Celia presentando un precioso  Power Point 
Después del almuerzo nuestras queridas hermanas Marta Velásquez y Astrid Montagne. Este mes de octubre el tema a tratar fue,   “SOIS LA SAL DE LA TIERRA".

Presentaron unas lindas y didácticas  diapositivas, que nos ayudó a reflexionar a cada uno de  los hermanos   Laicos, si estamos siendo sal  y luz en el entorno que vivimos, si estamos siendo coherentes en lo que hacemos y decimos. Así como la sal se diluye y no se  ve y solo se siente su sabor,  este tema,  nos invita a ser humildes, a no llamar la atención para que nos miren o nos aplaudan. Renunciar a los aplausos,  al poder banal que no construye sino destruye por la ambición y deshumanización que genera en el ser humano.  Ser dóciles y fraternos como lo fue nuestro Señor es la enseñanza de este tema. Vivir con alegría y misericordia es la invitación que nos sigue haciendo cada día nuestro amado Padre.
Juliana María recogiendo lo reflexionado en los grupos de reflexión
 Juliana María nos expuso el tema del DOMUND unido a lo que anteriormente se había expuesto y organizó tres grupos de reflexión con unas preguntas que nos ayudaron mucho a tomar conciencia de que como ser hoy LAICOS MISIONEROS y  profundizamos  que significa ser Sal y Luz en el mundo y que estamos llamados a serlo.  Es nuestra misión fomentar de manera sencilla y humilde la cordialidad, el respeto, la alegría y responsabilidad en el lugar donde nos encontremos hoy, mañana y siempre.

Ana Julia, Ana María, Gloria, Santiago, Juliana M., Angel, Miriam y Romina
Marta  responsable del grupo de los AMIGOS DE LA COMPAÑÍA, nos compartió el trabajo que están haciendo con este  grupo.
En la reunión de octubre vinieron un grupo de seis amigos, que gozamos mucho con su presencia y con el compartir de cada uno.
Pedimos a la Hermana Juliana María que nos expusiera el tema del DOMUND, que resultó muy interesante.
Vemos que la mayoría de estas personas podrían integrarse para el año al grupo de loa LAICOS, como así lo han manifestado.

Para terminar la sesión del día se dio paso a la Oración comunitaria con todas las hermanas en la capilla de la casa. Se hizo una ceremonia especial por la despedida de Juliana María  Una despedida con sentimientos encontrados de alegría y tristeza porque Juliana María nos deja para cumplir la Misión que hoy la Compañía Misionera le ha pedido. Encendimos Velas como signo de la luz que nuestra querida Hermana Juliana María encendió al emprender el acompañamiento al grupo de los hermanos Laicos y nos guiara para continuar nuestra formación en la Fé con nuestra hermana Rosa Mary. 

Le hicimos algunos obsequios como muestra de nuestra gratitud y cariño por todo el trabajo realizado, que fue para todos muy emotivo.
Delia, Juliana M, Astrid y Concepción





Luego bajamos al comedor a tomar un rico lonche con tod@s los hermanos Laicos y Religiosas Misioneras. Entre otras cosas, compartimos dos riquísimas tortas por el cumpleaños de Delia  y por la despedida de Juliana María 


Hasta la próxima reunión.  Nos vamos felices de haber compartido esta experiencia de vida y con el deseo de vivir con más fuerza nuestra vocación laical misionera. 

Ana Burgos.




sábado, 8 de octubre de 2016

¡¡¡SEAMOS SIEMPRE AGRADECIDOS!!!


Posted: 07 Oct 2016 12:30 PM PDT
LUCAS 17, 11-19

Yendo camino de Jerusalén, también Jesús atravesó por entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y le dijeron a voces: - ¡Jesús, jefe, ten compasión de nosotros! Al verlos les dijo: - Id a presentaros a los sacerdotes. Mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que se había curado, se volvió alabando a Dios a grandes voces 16 y se echó a sus pies rostro a tierra, dándole las gracias; éste era samaritano. Jesús preguntó: - ¿No han quedado limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien vuelva para dar gloria a Dios, excepto este extranjero? Y le dijo: - Levántate, vete, tu fe te ha salvado.

CURACIÓN 

El episodio es conocido. Jesús cura a diez leprosos enviándolos a los sacerdotes para que les autoricen a volver sanos a sus familias. El relato podía haber terminado aquí. Al evangelista, sin embargo, le interesa destacar la reacción de uno de ellos.
Una vez curados, los leprosos desaparecen de escena. Nada sabemos de ellos. Parece como si nada se hubiera producido en sus vidas. Sin embargo, uno de ellos «ve que está curado» y comprende que algo grande se le ha regalado: Dios está en el origen de aquella curación. Entusiasmado, vuelve «alabando a Dios a grandes gritos» y «dando gracias a Jesús».
Por lo general, los comentaristas interpretan su reacción en clave de agradecimiento: los nueve son unos desagradecidos; solo el que ha vuelto sabe agradecer. Ciertamente es lo que parece sugerir el relato. Sin embargo, Jesús no habla de agradecimiento. Dice que el samaritano ha vuelto «para dar gloria a Dios». Y dar gloria a Dios es mucho más que decir gracias.
Dentro de la pequeña historia de cada persona, probada por enfermedades, dolencias y aflicciones, la curación es una experiencia privilegiada para dar gloria a Dios como Salvador de nuestro ser. Así dice una célebre fórmula de san Ireneo de Lion: «Lo que a Dios le da gloria es un hombre lleno de vida». Ese cuerpo curado del leproso es un cuerpo que canta la gloria de Dios.
Creemos saberlo todo sobre el funcionamiento de nuestro organismo, pero la curación de una grave enfermedad no deja de sorprendernos. Siempre es un «misterio» experimentar en nosotros cómo se recupera la vida, cómo se reafirman nuestras fuerzas y cómo crece nuestra confianza y nuestra libertad.
Pocas experiencias podremos vivir tan radicales y básicas como la sanación, para experimentar la victoria frente al mal y el triunfo de la vida sobre la amenaza de la muerte. Por eso, al curarnos, se nos ofrece la posibilidad de acoger de forma renovada a Dios que viene a nosotros como fundamento de nuestro ser y fuente de vida nueva.
La medicina moderna permite hoy a muchas personas vivir el proceso de curación con más frecuencia que en tiempos pasados. Hemos de agradecer a quienes nos curan, pero la sanación puede ser, además, ocasión y estímulo para iniciar una nueva relación con Dios. Podemos pasar de la indiferencia a la fe, del rechazo a la acogida, de la duda a la confianza, del temor al amor.
Esta acogida sana de Dios nos puede curar de miedos, vacíos y heridas que nos hacen daño. Nos puede enraizar en la vida de manera más saludable y liberada. Nos puede sanar integralmente.


José Antonio Pagola

miércoles, 5 de octubre de 2016

RESEÑA DE MARIA LUISA LATORRE PINTADO


María Luisa, nació en Granada (España) el 10 de Enero de 1927, pasando su infancia y juventud en Tetuán, dónde trabajaba de arquitecto su padre. 

Ingresó a la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, el 03 de Abril de 1951 cuando tenía 21 años, ya que el anhelo de su vida era poder dar a conocer a Jesús a las personas que no le conocían. 

 Al entrar en la Compañía Estudió Médico Misionero para prepararse para la tarea misionera. 

Vino al Perú en el año 1953 siendo destinada a la misión de Lagunas del Vicariato de Yurimaguas, en plena selva del Perú, donde comenzó prestando servicios como enfermera y preocupándose mucho de todas las personas, siendo muy querida por todos. 

Desde el 1961 hasta al 1972 permaneció en Lima, donde realizó sus estudios de Educación y se desempeñó como profesora en el Infantil del Colegio San Agustín, siendo una excelente docente, muy valorada por sus alumnos y por los padres de familia. 
Desde el año 1972 al 1986 regresó a Lagunas, donde estuvo recorriendo distintos caseríos. Fue una de las tres hermanas que trabajaron en la comunidad indígena de UNIÓN, ubicada en el río NUCURAY, donde moraban los hermanos kandoshi-muratos. Además de la enseñanza, ejerció con ellos sus conocimientos de enfermería, sintiéndose muy feliz en esta misión,  ya que estaba como ella siempre soñaba entre los más pobres.
 A su regreso a Lagunas, trabajó como Profesora en la Escuela Nocturna, mientras durante el día atendía a todos los enfermos que se acercaban a ella.
María Luisa con los niños en la biblioteca de Santa María de Nieva 
En el año 1987 es destinada a SANTA MARIA DE NIEVA, donde trabajó como profesora de Lenguaje en los Colegios de Secundaría de Santa María de  Nieva y de Juan Velasco Alvarado, siendo muy querida por todos los alumnos y familias. Se dedicó incansablemente a ayudar a todos y daba una especial atención a los alumnos que estaban mas atrasados. Siempre tenía tiempo para todos y lo hacía con una sonrisa especial.

María Luisa con los niños en la Ludoteca 
 María Luisa al jubilarse de la educación asumió la atención a la Biblioteca y Ludoteca. Ella puso el nombre de  “Biblioteca La Luz”, ya que era consciente que de ahí los niños salían sabiendo un poco más e iban a ser una luz para el pueblo "awajum". Todas las tardes atendía a los niños y jóvenes en sus tareas facilitándoles los libros que necesitaban y ayudándoles en todo, hasta que tuvo que venir a Lima porque ya sus piernas no le permitían caminar.

Ha sido una persona entregada totalmente, muy sacrificada, servicial, siempre al servicio de los demás. Trabajadora incansable, la llamábamos “hormiguita” porque siempre estaba haciendo algo. Era una gran poetisa y nos hacía lindas poesías. Ha sido una mujer de GRAN FE,  y de una gran confianza en el Señor. 

Muy amante de su familia, hermanas y sobrinas. Esperaba con ilusión el viaje de sus hermanas en Octubre, pero el Señor ha querido llevársela antes a su presencia. 
Añadir leyenda

María LUISA se nos ha  ido al Padre el día 18 de setiembre y sabemos que allí junto al Señor nos espera. 

MARÍA LUISA ha estado 63 años en el Perú y  podemos decir que amaba mucho a este país y que ha dado su vida a este pueblo del Perú, en especial a los más pobres y marginados, que son nuestros hermanos de la selva.

¡¡¡GRACIAS MARIA LUISA POR 
TU ENTREGA GENEROSA!!!