GRAZIA OJEDA DEL ARCO, nos comparte lo vivido en la celebración del DOMUND.
Este año, celebramoos la Jornada Mundial de las Misiones DOMUND
2013, mientras se clausura el Año de la Fe.
Compartimos con la comunidad
cristiana, integrada por las hermanas misioneras, laicas, amigos de la Compañìa Misionera,
jóvenes, representantes de la pastoral y vecinas/os, un verdadero domingo de
fiesta.
Mientras iban llegando cada vez más personas hasta colmar la sala, para escuchar el anuncio del Evangelio, teniendo como dice el Papa Francisco:
“la fe como un don precioso de Dios”, que empieza a abrir nuestra mente, para que lo podamos comprender y amarlo mejor.
Mientras iban llegando cada vez más personas hasta colmar la sala, para escuchar el anuncio del Evangelio, teniendo como dice el Papa Francisco:
“la fe como un don precioso de Dios”, que empieza a abrir nuestra mente, para que lo podamos comprender y amarlo mejor.
Con inmensa alegría y cantando en
voz alta la hermosa canción del misionero, con diversos testimonios, nos fuimos
transportando a los cinco continentes, atravesando con fe inquebrantable de la mano
de las misioneras; por mares, territorios,
continentes, que a pesar de responder a tiempos
y espacios diferentes, van uniendo a
todos nuestros pueblos y culturas, de distintos colores y sabores de la tierra, que tienen la misma necesidad de encontrar en
la palabra de Dios, la respuesta a tantos interrogantes, que vienen
de lo más profundo del alma y el corazón
de cada hombre y cada mujer sobre la faz de la tierra.
“Comparte tu Fe, comparte tu Pan“, fue el hermoso lema que nos hizo reflexionar toda esa tarde y nos integro a todos tomados de la mano, compartiendo
el pan y la fe y esto nos lleva a una entrega total al Señor y un compromiso renovado para ayudar al prójimo, en especial a los más pobres y necesitados, como lo expresaron los valiosos testimonios de las hermanas: Nancy Rocca, religiosa-misionera y Astrid Montagne, misionera laica, que compartieron sus experiencias de vida muchas veces,
tristes y dolorosas, pero también gozosas, que han ofrecido su vida con
alegría, amor, solidaridad y compromiso al servicio de Dios. Y hoy nos han transmitido la alegría profunda del MISIONERO... y que hay más felicidad en DAR QUE EN RECIBIR.
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