jueves, 23 de marzo de 2017

¡¡¡DAMOS GRACIAS POR MADRE PILAR NAVARRO!!!

Hace once años nuestra Madre PILAR NAVARRO GARRIDO, fundadora de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, dio el "salto hacía el Padre", así se expresó ella, cuándo percibió que el final de su vida se acercaba.

Madre PILAR, nació en Casa de Benítez (Cuenca) el 14 de diciembre de 1908. En los ejercicios espirituales del año 1941 descubre que Dios le llama para entregar totalmente su vida a Dios en las misiones más pobres y necesitadas del mundo.

 El 20 de febrero de 1942 entra a formar parte de un incipiente instituto misionero, cuyo nombre será Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, que encaja con sus deseos de dar a conocer el amor del Corazón de Cristo a los más alejados y abandonados en las misiones más difíciles. 

Madre Pilar fue superiora general del instituto por ella fundado desde el año 1944 hasta el 1966. Con gran visión del futuro propició que sus misioneras adquirieran una formación integral, orientada siempre  hacia las misiones.


La misma pasión y fortaleza que tuvo desde los principios por cumplir la Voluntad de Dios, la empujó a defender la exclusividad misionera de la Congregación, movida por su afán por las misiones y deseo de que el amor de Dios allegase a los más alejados y necesitados.

Le urgía y urge el mandato de Cristo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” Madre Pilar, aun anciana, continuó siendo un ejemplo vivo de lo que siempre vivió: pasión por conocer y cumplir la voluntad de Dios, confianza ilimitada en el Sagrado Corazón y seguridad en el Espíritu para sostener e impulsar la exclusividad misionera de la congregación y siempre ha sido una MADRE para cada una de sus misioneras y de los que se acercaban a ella.

Su pasión, fortaleza y gran corazón no impidieron que se trasluciese su gran sencillez, humildad, amor maternal .

 Murió en la paz de Cristo el 23 de marzo del 2006. Dios la quiso misionera, y quiere que su congregación sea también misionera.

El lema de su vida la expresó en estas sencillas palabras coherentes en su persona:


     ·... la voluntad de Dios, el único anhelo 
   y la razón de ser de toda mi vida... "

¡Gracias Señor,  por la memoria de la Madre Pilar 
que sigue estando viva entre nosotras.
Con su SI, lleno de amor y de fidelidad a tu QUERER,
La Compañía, "Obra de tu corazón", sigue caminando
hoy por el mundo!






domingo, 19 de marzo de 2017

¡¡¡ INUNDACIONES EN EL PERÚ !!!


Convocan un día de oración
Obispos Peruanos: solidaridad con los afectados de las inundaciones
Este domingo, 19 de marzo "abramos las puertas de la caridad"
Redacción, 18 de marzo de 2017 a las 13:18
Ante las imágenes de los duros embates de la naturaleza en diversas partes de este país, sobre todo en el norte y en el centro
(RV).- "¡Por Cristo, yo ayudo a los damnificados!", con este lema los Obispos de la Conferencia Episcopal Peruana expresan en un comunicado, "su solidaridad y cercanía con todos los hermanos y hermanas que sufren a consecuencia de estos fenómenos naturales, tanto por la muerte de algún ser querido como por la pérdida de todo lo que tenían para vivir".
Ante las imágenes que vemos en estos días, señalan los Prelados, de los duros embates de la naturaleza en diversas partes de este país, sobre todo en el norte y en el centro, la Conferencia Episcopal Peruana desea reconocer los esfuerzos de muchas personas de buena voluntad y del actual Gobierno para responder con solidaridad a esta emergencia nacional. "Sin embargo, manifiestan los Obispos, los esfuerzos deben ser grandes porque las calamidades son grandes. Por eso, hacemos un llamado a todos los peruanos y peruanas, para que colaboren con ayuda material que ha ser entregada en las zonas más golpeadas de nuestra Patria".

"Los Obispos del Perú, como pastores de un pueblo creyente hemos convocado para que este domingo, 19 de marzo, sea un día de oración y del mismo modo para que nuestros fieles, de todas las parroquias y centros religiosos de nuestra Patria, puedan expresar su generosidad y su amor a Jesucristo en el hermano que sufre".
En medio de todo este dolor que la naturaleza está sembrando en nuestro territorio nacional, alientan los Prelados a que, mantengamos la fe que ilumina y fortalece, conservemos la esperanza que alimenta la solidaridad, abramos las puertas de la caridad para que el alivio de tantos necesitados sea pronto y oportuno, recordando que quien sufre no es solo un compatriota sino también un hermano. Elevamos nuestra oración al Señor, concluyen los Obispos, y le pedimos por la intercesión de la Virgen María su misericordia y su bondad.

Texto completo del Comunicado de la Conferencia Episcopal Peruana
¡Por Cristo, yo ayudo a los damnificados!
Ante las imágenes que vemos en estos días, de los duros embates de la naturaleza en diversas partes de nuestro país, sobre todo en el norte y en el centro, la Conferencia Episcopal Peruana desea expresar su solidaridad y cercanía con todos los hermanos y hermanas que sufren a consecuencia de estos fenómenos naturales, tanto por la muerte de algún ser querido como por la pérdida de todo lo que tenían para vivir. Reconocemos los esfuerzos de muchas personas de buena voluntad y del actual Gobierno para responder con solidaridad a esta emergencia nacional.
Sin embargo, los esfuerzos deben ser grandes porque las calamidades son grandes. Por eso, hacemos un llamado a todos los peruanos y peruanas, para que colaboren con ayuda material que ha ser entregada en las zonas más golpeadas de nuestra Patria. Los Obispos del Perú, como pastores de un pueblo creyente hemos convocado para que este domingo 19 de marzo sea un día de oración y del mismo modo para que nuestros fieles, de todas las parroquias y centros religiosos de nuestra Patria, puedan expresar su generosidad y su amor a Jesucristo en el hermano que sufre.
En medio de todo este dolor que la naturaleza está sembrando en nuestro territorio nacional, mantengamos la fe que ilumina y fortalece, conservemos la esperanza que alimenta la solidaridad, abramos las puertas de la caridad para que el alivio de tantos necesitados sea pronto y oportuno, recordando que quien sufre no es solo un compatriota sino también un hermano. Elevamos nuestra oración al Señor y le pedimos por la intercesión de la Virgen María su misericordia y su bondad.
Lima, 16 de Marzo de 2017
Los Obispos del Perú
  




¡¡¡JESUS ES AGUA VIVA QUE NOS DA LA VIDA!!!



JUAN 4, 5-42 

Llegó así a un pueblo de Samaría que se llamaba Sicar, cerca del terreno que dio Jacob a su hijo José; estaba allí el manantial de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se quedó, sin más, sentado en el manantial. Era alrededor de la hora sexta. Llegó una mujer de Samaría a sacar agua. Jesús le dijo: - Dame de beber. (Sus discípulos se habían marchado al pueblo a comprar provisiones). Le dice entonces la mujer samaritana: - ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos). Jesús le contestó: - Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú a él y te daría agua viva. Le dice la mujer: - Señor, si no tienes cubo y el pozo es hondo, ¿de dónde vas a sacar el agua viva? ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, del que bebió él, sus hijos y sus ganados? Le contestó Jesús: - Todo el que bebe agua de ésta volverá a tener sed; en cambio, el que haya bebido el agua que yo voy a darle, nunca más tendrá sed; no, el agua que yo voy a darle se le convertirá dentro en un manantial de agua que salta dando vida definitiva. Le dice la mujer: - Señor, dame agua de ésa; así no tendré más sed ni vendré aquí a sacarla. Él le dijo: - Ve a llamar a tu marido y vuelve aquí. La mujer le contestó: - No tengo marido. Le dijo Jesús: - Has dicho muy bien que no tienes marido; porque maridos has tenido cinco, y el que tienes ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad. 

 La mujer le dijo: - Señor, veo que tú eres profeta. Nuestros padres celebraron el culto en este monte; en cambio, vosotros decís que el lugar donde hay que celebrarlo está en Jerusalén. Jesús le dijo: - Créeme, mujer: Se acerca la hora en que no daréis culto al Padre ni en este monte ni en Jerusalén. Vosotros adoráis lo que no conocéis, nosotros adoramos lo que conocemos; la prueba es que la salvación proviene de los judíos; pero se acerca la hora, o, mejor dicho, ha llegado, en que los que dan culto verdadero adorarán al Padre con espíritu y lealtad, pues el Padre busca hombres que lo adoren así. Dios es Espíritu, y los que lo adoran han de dar culto con espíritu y lealtad. Le dice la mujer: - Sé que va a venir un Mesías (es decir, Ungido); cuando venga él, nos lo explicará todo. Le dice Jesús: - Soy yo, el que hablo contigo. En esto llegaron sus discípulos y se quedaron extrañados de que hablase con una mujer, aunque ninguno le preguntó de qué discutía o de qué hablaba con ella. La mujer dejó su cántaro, se marchó al pueblo y le dijo a la gente: - Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho; ¿será éste tal vez el Mesías? Salieron del pueblo y se dirigieron adonde estaba él. Mientras tanto sus discípulos le insistían: - Maestro, come. Él les dijo: - Yo tengo para comer un alimento que vosotros no conocéis. 
Los discípulos comentaban: - ¿Le habrá traído alguien de comer? Jesús les dijo: - Para mí es alimento realizar el designio del que me mandó, dando remate a su obra. ¿No soléis decir vosotros: "cuatro meses y llega la siega"? Mirad lo que os digo: Levantad la vista y contemplad los campos: ya están dorados para la siega. El segador cobra salario reuniendo fruto para una vida definitiva; así se alegran los dos, sembrador y segador. Con todo, en esto tiene razón el refrán, que uno siembra y otro siega: yo os he enviado a segar lo que no os ha costado fatiga; otros se han estado fatigando y vosotros os habéis encontrado con el fruto de su fatiga. Del pueblo aquel muchos de los samaritanos le dieron su adhesión por lo que les decía la mujer, que declaraba: «Me ha dicho todo lo que he hecho». Así, cuando llegaron los samaritanos adonde estaba él, le rogaron que se quedara con ellos, y se quedó allí dos días. Muchos más creyeron por lo que dijo él, y decían a la mujer: - Ya no creemos por lo que tú cuentas; nosotros mismos lo hemos estado oyendo y sabemos que éste es realmente el salvador del mundo. 

A GUSTO CON DIOS  

La escena es cautivadora. Cansado del camino, Jesús se sienta junto al manantial de Jacob. Pronto llega una mujer a sacar agua. Pertenece a un pueblo semipagano, despreciado por los judíos. Con toda espontaneidad, Jesús inicia el diálogo con ella. No sabe mirar a nadie con desprecio, sino con ternura grande. «Mujer, dame de beber». La mujer queda sorprendida. ¿Cómo se atreve a entrar en contacto con una samaritana? ¿Cómo se rebaja a hablar con una mujer desconocida? Las palabras de Jesús la sorprenderán todavía más: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, sin duda tú misma me pedirías a mí, y yo te daría agua viva». Son muchas las personas que, a lo largo de estos años, se han ido alejando de Dios sin apenas advertir lo que realmente estaba ocurriendo en su interior. Hoy Dios les resulta un «ser extraño». Todo lo que está relacionado con él les parece vacío y sin sentido: un mundo infantil cada vez más lejano. Los entiendo. Sé lo que pueden sentir. También yo me he ido alejando poco a poco de aquel «Dios de mi infancia» que despertaba, dentro de mí, miedos, desazón y malestar. Probablemente, sin Jesús nunca me hubiera encontrado con un Dios que hoy es para mí un Misterio de bondad: una presencia amistosa y acogedora en quien puedo confiar siempre. Nunca me ha atraído la tarea de verificar mi fe con pruebas científicas: creo que es un error tratar el misterio de Dios como si fuera un objeto de laboratorio. Tampoco los dogmas religiosos me han ayudado a encontrarme con Dios. Sencillamente me he dejado conducir por una confianza en Jesús que ha ido creciendo con los años. No sabría decir exactamente cómo se sostiene hoy mi fe en medio de una crisis religiosa que me sacude también a mí como a todos. Solo diría que Jesús me ha traído a vivir la fe en Dios de manera sencilla desde el fondo de mi ser. Si yo escucho, Dios no se calla. Si yo me abro, él no se encierra. Si yo me confío, él me acoge. Si yo me entrego, él me sostiene. Si yo me hundo, él me levanta. Creo que la experiencia primera y más importante es encontrarnos a gusto con Dios porque lo percibimos como una «presencia salvadora». Cuando una persona sabe lo que es vivir a gusto con Dios, porque, a pesar de nuestra mediocridad, nuestros errores y egoísmos, él nos acoge tal como somos, y nos impulsa a enfrentarnos a la vida con paz, difícilmente abandonará la fe. Muchas personas están hoy abandonando a Dios antes de haberlo conocido. Si conocieran la experiencia de Dios que Jesús contagia, lo buscarían. Si, acogiendo en su vida a Jesús, conocieran el don de Dios, no lo abandonarían. Se sentirían a gusto con él. 

 José Antonio Pagola

sábado, 18 de marzo de 2017

¡¡¡JOVEN, PARTICIPA EN ESTE ENCUENTRO!!!


Obras Misionales Pontificias organiza el XIV Encuentro Misionero de Jóvenes del 21 al 23 de abril con el lema "Un cosa te falta" (Mc10,21)

OMP España, en colaboración con la Comisión Episcopal de Misiones, y a través del Consejo de jóvenes convoca a todos los jóvenes interesados a participar en este XIV Encuentro Misionero de Jóvenes del 21 al 23 de abril en la Casa de Ejercicios San José en El Escorial (Madrid).

¿Qué es el Encuentro Misionero de Jóvenes?
El Encuentro Misionero de Jóvenes es un encuentro dedicado a los jóvenes con el objeto de dedicar un espacio y un tiempo a reflexionar sobre la dimensión misionera en la vida del cristiano. Reflexión que lleva al compromiso y, en algunos casos, al descubrimiento de la vocación misionera, como experiencia temporal de corta o larga duración. 

El Encuentro Misionero de Jóvenes pretende ayudar a los jóvenes, que suelen participar y colaborar en actividades misioneras, a profundizar en la dimensión misionera de la fe para que en un ambiente de escucha oracional y búsqueda puedan ir descubriendo el valor y el sentido de la vocación misionera de la Iglesia y de aquellos que son llamados a la misión. Es un encuentro abierto a todos aquellos jóvenes con inquietudes misioneras y que se sienten atraídos por la labor de los misioneros.


Tema del XIV Encuentro Misionero de Jóvenes, “Una cosa te falta"
El Papa Francisco advertía a los jóvenes en el Encuentro de Cracovia el pasado 30 de julio de 2016 del peligro de la parálisis que lleva a ser “jóvenes de sofá”, a buscar la felicidad en la comodidad y el inmovilismo. Frente a esta realidad tan extendida, el Papa les proponía el ejemplo de Zaqueo, que dejó su forma cómoda de pensar y de vivir para seguir a Jesús en su amor y servicio a los pobres.


Programa 
En esta edición del Encuentro misionero de jóvenes se quiere seguir profundizando en el compromiso misionero de los jóvenes. Para ello el programa de esta edición ha propuesto tres pasos a desarrollar durante todo durante el Encuentro: reflexión, encuentro y misión.
Así, el sábado por la mañana se dedica a la oración del texto bíblico del lema -el encuentro de Jesús con el joven rico- y a la reflexión sobre la pregunta “¿quién soy yo?”,para que los jóvenes puedan entrar dentro de sí mismos y descubrirse tal como son a la luz del Evangelio. La tarde se centra en el encuentro con Jesús: que los jóvenes, una vez se han descubierto a sí mismos y se han encontrado con su realidad, lleguen a un encuentro personal con Jesucristo, como sucedió al joven rico, y puedan escuchar la respuesta de Jesús: “Eres bueno, pero todavía te falta una cosa”.

Por último, el domingo se dedica a la misión; tomando pie en la homilía del Papa Francisco a los jóvenes en Croacia en la Misa de Clausura de la JMJ en Croacia, en la que comenta las tres tentaciones que tiene Zaqueo y que están impidiendo el encuentro con Jesús. Se quiere dar respuesta a estas las tentaciones paralizantes con el testimonio de tres misioneros. Finalmente, corona todo el encuentro la celebración de la Eucaristía final. Descargar Programa Encuentro

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jueves, 2 de marzo de 2017

CIEN POR CIEN MISIONERA EN SANTA MARÍA DEL NIEVA

Son tiempos de despedidas, de cerrar estancias en algunos lugares donde ya hemos permanecido muchos años y buscar nuevos caminos por los que creemos que el Señor nos puede llevar. Pero dejar lugares donde hemos pasado buena parte de nuestra vida, cuesta. Nos cuesta porque también el corazón se implica y es mucho lo vivido y mucha la gente que nos ha acompañado en estos años, que han hecho vida con nosotras, que forman parte de nosotras, de nuestra historia, de la historia de salvación que juntas y juntos construimos con el Señor que camina junto a nosotr@s.

Herminia Altieri en su último viaje de despedida a Nieva.

Y una de estas despedidas ha sido la de nuestra hermana HERMINIA ALTIERI, que tras muchos años en el NIEVA (CONDORCANQUI, DEPARTAMENTO DE AMAZONAS, PERÚ), ha dejado este lugar de misión. Herminia escribe una carta donde recoge, agradecida, la oportunidad que ha tenido de regresar a Nieva y despedirse de su gente.


Herminia con las hermanas y una amiga con su pequeño.

Desde Lima escribo mi última visita a Santa María de Nieva. Un viaje inolvidable, lleno de amor y agradecimiento. Agradecimiento a Dios y a las hermanas que lo han hecho posible.
Santa María de Nieva, mi segundo lugar de misión acá en el Perú. Llegué a Nieva en 1960 y salgo de allá en enero de 2016.

Todo empezó con Jaén,donde se celebraba el70 aniversario del Vicariato...

Recordando… llego a mi primera misión en 1950, LAGUNAS, en el río HUALLAGA, con los hermanos cocamillas. Mi corazón y todo mi ser estaban llenos de ilusión misionera. Allá hice de todo: recorrí el río HUALLAGA visitando todos los caseríos que había en sus márgenes y algunos más adentro, internados en la espesura de la selva. Me sentía misionera al cien por cien, tanto más cuanto más adentraba, cuanto más en contacto con la gente estaba.

Ya en el Nieva, fueron incontables las visitas y las muestras de cariño

Pero un día, así, de repente y sin aviso –como eran las cosas antiguamente-, me comunican que me destinan a Sta. María de Nieva. Recuerdo la sensación de vacío que me embargó, pero también se ser una misionera llena de Dios y que era Dios quien me empujaba a este otro lugar, quien me llevaba a desprenderme de lo que en aquél momento iba llenado por completo mi corazón. Yo sentía que era Dios quien me llevaba. En aquella época no se daban despedidas, nada; así salí. Era el pensamiento y el modo de actuar de la época.

Se tuvo una celebración en la capilla de Jan Velasco Alvarado

En el nuevo lugar, Sta. María de Nieva, me esperaban Dios y 7 hermanas como yo, de La COMPAÑÍA MISIONERA; me esperaban con todo el cariño y…buena chamba misionera!!!! No en vano me destinaron allá.
Desde entonces puse toda mi vida al servicio de Dios y de mis hermanos awajun (aguarunas) y Wampis (Huambisas) en los ríos Nieva, Marañón, Cenepa y Santiago. De nuevo me sentía misionera al ciento por ciento. Nunca había dejado de serlo. Es algo que va con nuestro carisma: sentirse misionera al cien por cien, la exclusividad misionera en lugares concretos, la misión ad gentes…Hay que vivirlo. Me faltan las palabras.
Me tocó cuidar de un internado con 121 niñas de 6 hasta 15 años, según nuestros cálculos (pues ellos no sabían dar cuenta de su edad). En la actualidad soy madrina de buena parte de las hijas de estas niñas de entonces. Les enseñé a amar a Dios y conocerlo como el Padre bueno que es; a ser mujeres y saberse comportar como hijas de Dios.
Me relacioné con cientos de mujeres gracias a los talleres de costura. Las visitaba en sus propias comunidades (viajes por los ríos). Les conversaba sobre Dios: mi Dios, el suyo. Conversábamos de sus costumbres y las dificultades con que se encontraban, de la vida…¡¡Éramos tan felices!!
Todo eso les cuento y muchas cosas más que una misionera lleva en su corazón y en la historia de su vida y de las vidas de tantas personas con las que ha convivido a lo largo de su vida, que se han hecho una vida común, una gran familia de amor con Dios como Padre bueno, amoroso. Todas estas cosas solo se encuentran y se comprenden desde Dios.
Así, en enero de 2016 llegué a Lima junto con mi comunidad de Nieva, para las “vacaciones” de fin de año, que más que vacaciones son un popurrí de actividades: reuniones, retiro, tareas varias, comunicación con las hermanas de otras misiones,… Pero este año yo me encontré con una sorpresa…”Herminia, te quedas en Lima. Acá también vas a ser misionera…” Puse mis objeciones, pero había una respuesta para cada una de ellas. “¿Por qué me quedo?”. “Porque te has caído y tienes 90 años…”. Y era cierto, me había caído y se me rompió una costilla…poca cosa para mi…y también era cierto, tenía 91 años!!! Me costó asumirlo, pero cuando empezaba a ver mi estancia en Lima como algo de Dios y que era Él quien estaba actuando a través de mis hermanas, me llegó una sorpresa mayor: “Herminia, ¿quieres ir a Nieva a despedirte de tu gente?”. No tengo palabras para agradecer tanta dicha que sentí en ese momento. No sé si todas estas cosas se pueden comprender fuera de mi Dios, pero haber podido regresar a Nieva y recibir tantas muestras de cariño de mi gente es algo que nunca olvidaré y agradeceré por siempre a cada una de las personas que o hicieron posible y que estuvieron en mi camino en este viaje.
Ahora estoy en Lima, en mi nueva comunidad. Sigo siendo y sintiéndome misionera cien por cien, al estilo limeño, pero siempre “a lo Dios”.
Gracias Señor por esta vocación misionera que me hace tan feliz, que me ha hecho tan feliz a lo largo de toda mi vida.



Gracias, Herminia, por tu compartir, por tu vocación misionera, por tu entrega al Señor, por tu búsqueda de su voluntad y su Presencia en cada acontecimiento de tu vida.