"Partí desde
Tarapoto en avioneta a San Lorenzo el día 4 de octubre de 2017. Tenía un poco
de miedo, pero me puse en las manos del Señor, ya que era la primera vez que
volaba en avioneta en un trecho tan largo. A medio camino nos cogió una
tormenta leve, gracias a Dios que tuvimos un piloto muy experimentado. El viaje
en la avioneta fue fantástico, ver el esplendor de toda la selva. Ver desde las
alturas al Rio Marañon. ¡Que maravilla!
Casa de las hermanas en San Lorenzo |
Fui recibida
por la Hna. Sylvia que en motocar me llevó a la casa donde me esperaba la Hna.
Angelica, que es toda ternura. La Hna.
Sylvia me enseñó mi habitación e hicimos un recorrido por toda la casa. Es una
casa rústica, llena del amor de Dios. Me
dio los horarios. A las 7:00 a.m. era la
oración en la Capilla, luego el desayuno y después a nuestros quehaceres, como
lavar la vajilla, lavar nuestra ropa, arreglar nuestro dormitorio, dar una
vuelta por el pueblo e ir al mercado. En
la tarde fuimos a Misa donde me presentaron al Párroco, el Padre Martín y a los
misioneros polacos. Allí conocí a San Lorenzo, un Santo que fue quemado en una
parrilla.
El dia 6 de
octubre fue un día muy especial para mi, ya que mi Papá cumplía 11 años de
fallecido y lo recordé en la oración de la mañana junto con las Hermanas y
luego el Padre Martín celebró la Misa por mi Papá en la Parroquia.
Ese mismo día
conocí a Margarita Cárdenas, laica de la Compañía, que es de la etnia Shawi. Un joven muy entregada a su misión.
También
visité el Museo de San Lorenzo que fue iniciativa de la Hna. Maria Dolores,
donde se puede apreciar todo lo que ella
recopiló a través de los años sobre los mitos, ritos y leyendas de la cultura Shawi.
Cultura Shawi
Cuando no
íbamos a visitar los pueblos La Unión y Carabanchel, a las 6:30 p.m. partíamos
para la Parroquia para rezar el Rosario y escuchar la Santa Misa. El Párroco es un sacerdote muy entregado,
sencillo y lleno del amor de Dios, me encantaban sus homilías. Los días martes
íbamos al Pueblo de La Unión donde se celebraba la Eucaristía a las 6:00 p.m.
pero llegábamos antes para visitar a las familias de ese pueblo donde carecen
de todo menos del amor a Dios. Era un
lugar muy pobre pero cuando entrabamos a las casas y conversábamos con las
familias se llenaban de alegría al vernos y compartíamos la palabra de Dios, luego
nos reuníamos en la Capilla donde el Padre Martín celebraba la Santa Misa y era
maravilloso escuchar con que sencillez les explicaba a la gente el Evangelio y
después de la Misa la Hna. Sylvia daba a algunas familias la catequesis. Los
días miércoles nos tocaba el pueblo de Carabanchel donde las misioneras polacas
daban la catequesis a los niños de ese lugar y la Hna. Angelica daba catequesis
a una joven que se esta preparando para el matrimonio y después se celebraba la
Eucaristía. Los días jueves me tocaba dar la catequesis de preparación al
Bautismo a Janeth Guzman, una jovencita de 17 años, que vivía con sus tíos en
Carabanchel. Un domingo visitamos la tumba donde se encuentra la Hna. Maria
Luisa.
También
visité el Internado y el Colegio Interetnico.
En el colegio están criando
tortugas es un Programa de una universidad. Han hecho una piscina de arena
donde han enterrado 500 huevos de tortugas y ver nacer a las tortugas es toda
una experiencia.
En varias
ocasiones tuvimos visitas como Charo que es amiga de la Compañía, el Padre
Profetano, Rector del Seminario de Yurimaguas que llegó con dos seminarista y
las Hermanas le dieron hospedaje en el Ninare.
En otro
momento tuvimos la visita de Melvy, amiga de la Compañía, es una persona muy entregada
a su profesión. La noche anterior a mi
partida llegó la Madre Cándida de la Congregación de Lauritas, se quedó hospedada en nuestra casa.
Visitamos a
varias familias vecinas a la espalda del Colegio Interetnico, las familias
Musolini, Aranguanasa y otras.
Visitando Familias con la Hna. Angelica
El comienzo
no fue fácil para mi, fue dejar todas mis comodidades, mi hogar, mi familia,
mis amigas y amigos. Y también acostarme temprano, al principio fue difícil
pero después me acostumbré y me decía todo lo puedo en Aquel que me conforta. No teníamos luz todo el día, venía a veces a
las 5:00 p.m. o a veces ya no teníamos luz hasta el día siguiente.
En varias
oportunidades fuimos a las veladas que realizan las familias del lugar en honor
al Señor de los Milagros, eso lo hacen solo en el mes de octubre. Velan al Señor durante toda la noche. También
asistimos a la Procesión del Señor de los Milagros que lo sacan los días
domingos después de Misa de 7:00 pm.
Veladas en honor al Señor de los Milagros
Saliendo el
Señor de los Milagros de la Parroquia de San Lorenzo
Mi
experiencia como laica de la Compañía Misionera Sagrado Corazón de Jesús, ha
sido muy enriquecedora para mi vida. He
encontrado a Dios en la naturaleza, en el canto del gallo, en la gente de ese lugar tan alejado de Lima y
olvidado, en el sonido de las aguas del Rio Marañón y las embarcaciones que se
deslizaban por el, en el sol que quema y da vida, en el ruido que hacen las
avionetas al pasar. Ver toda esa
creación hecha por nuestro Padre Dios.
Me tocaron
días de tormenta. Comienza con un viento muy fuerte que parece que van a
arrancar los arboles de raíz, luego se oscurece todo y no se ve el Rio Marañón,
ni la selva de enfrente. Cuando empieza la lluvia se va esclareciendo todo y
comienzan los truenos, rayos, relámpagos.
La lluvia puede durar todo el día o toda la noche o algunas horas. Pero
el olor a tierra mojada, escuchar el ruido de la selva, de sus insectos es muy
hermoso. Desde el comedor tiene una
vista preciosa, se ve pasar las embarcaciones, los pasajeros cubiertos con
plástico y el que maneja la lancha sin protección alguna y a pesar de la
tormenta ellos siguen trabajando. Son hombres fuertes y rudos que soportan
tanto el calor como la lluvia.
Las puestas
de sol son una maravilla, un hermoso regalo de Dios.
La
experiencia para mi ha sido y será inolvidable. Sentía una felicidad tan grande
que me llenaba toda y una plenitud que
no se compara con todas las comodidades que tengo en mi vida diaria. Me di
cuenta que lo mas importante es entregarse a Dios, despojarse de todo. Entender
esa otra cultura tan diferente a la mía.
Esta
experiencia me hizo vibrar el corazón ver ese hambre de Dios que hay en cada
persona que conocí. Es un verdadero lugar de misión, donde hay mucho que hacer,
donde hay mucho hambre de la palabra de Dios, donde la gente es pobre pero de
una gran riqueza de corazón. Son tan sencillos, tan humanos y de un corazón
limpio.
Puedo decir
con certeza que mi vida ya no será la de antes. He aprendido a valorar mas a mi
familia, mis amigas y amigos. Dar
gracias a Dios por los grandes regalos que El me ha dado en mi vida. Donde el
contacto con la gente es enriquecedor porque te dan amor, cariño, amistad desinteresada.
Esta
experiencia me ha llenado mi corazón, ese compartir con las Hermanas Sylvia y
Angélica: la oración, los alimentos y cada una de ellas contar su experiencia desde sus inicios de su vida religiosa como
Misioneras de la Compañía. Fue un compartir muy lindo.
Realmente me
voy llena del amor de Dios. Días de paz
y tranquilidad y ver la preocupación de cada una de ellas por preparar a la
gente en el amor a Dios. Es hermoso ver
su entrega, su amor, su amistad, sus delicadezas.
Cada momento
vivido aquí en San Lorenzo ha sido de entrega a Cristo Jesús, ya que solo El
nos puede dar la fuerza necesaria para estar alejadas de toda comodidad, lejos
de la familia, solo pensando en dar la vida por los demás, por los mas
necesitados.
He sentido
arder mi corazón del amor de Dios. No me cansaba de dar gracias a Dios de haber
sido bendecida por El por todo lo que me ha dado en la vida: padres, hermanos,
hermana, abuel@s, ti@s, prim@s, sobrin@s, amigas y amigos y a la Compañía
Misionera del Sagrado Corazón de Jesús.
Fueron días
maravillosos de vivencia continua del amor de Dios.
En todo amar
y servir.
DELIA CARMEN
DOOR JIMENO
LAICA DE LA COMPAÑ
IA MISIONERA
SAGRADO
CORAZON DE JESUS
OCTUBRE 2017
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