jueves, 10 de junio de 2021

HASTA SIEMPRE, MISIONERA: SE NOS FUE LA HERMANA BENITA BRIÁ SAÑAS A LA CASA DEL PADRE

 

Ayer miércoles, 9 de junio de 2021, hacia las 5:20 de la mañana, exhalaba su último suspiro nuestra hna. Benita Briá a sus 93 años de edad. Valiente, lúcida, discreta, serena, coherente…¡tantas cosas que decir! Siempre se reflejaba una gran sabiduría desde su sencillez y aparente fragilidad.

En estos últimos meses dio batalla incluso al covid, que logró superar, pero ya su cuerpo estaba bastante deteriorado y su corazón afectado: presión alta, vasos taponados,…Dio batalla hasta el final, entregándose al Señor, luchó por su autonomía a pesar de las limitaciones que iban surgiendo, pero aprendiendo a vivir con ellas sin que supusieran un obstáculo mayor de lo que eran en sí. Mujer de Dios, completamente, quizás sea una de las cosas que mejor la definen, sí, mujer de Dios.


Llegó un día de Julio de 1963 a Lima, tras todo un mes de viaje en barco, y después de una breve toma de contacto con Lima -unos días- fue, junto a otras dos hermanas, a la que sería su Misión durante muchos años: SANTA MARÍA DE NIEVA, en Condorcanqui, departamento de Amazonas. Tan querida fue esta Misión que la tuvo hasta el final de sus días en su corazón, recordando con infinito cariño a sus gentes y “protestando” (discretamente) por no haberla dejado terminar allá sus últimos días…

En el Dispensario de Nieva, por aquéllos años...

Trabajó en el campo de la salud, atendiendo el Dispensario que había en el Nieva por aquellos años (60-70), que estaba a cargo de las hermanas de La Compañía Misionera. Como ella misma cuenta: veníamos con una preparación que nos daban en España de “Médico Misionero”... encontrarte sin médicos y ver la cantidad de enfermos que venían de todas partes y con toda clase de enfermedades, daba respeto”.  

Comunidad de hermanas en el Nieva
44 años en la zona Nieva, tanto en Santa María de Nieva como en el río Santiago, atendiendo a población awajun y wampis. “Era una ambiente en el que estábamos un poco aisladas. Tampoco había luz eléctrica. El agua la recogíamos de la lluvia. O si no, había que ir al río y nuestra casa estaba en un cerro (la actual Ugel-Condorcanqui)”. 

Con hna Catalina, en Fiori

Luego vino el internado de niñas, unas 150 niñas, pequeñas, medianas, mayores, niñas awajun…Salud, Educación, Internado…Eran las necesidades que había, todavía el Estado no llegaba a atender estas zonas, las hermanas estaban para todo, todo lo que se podía. Experiencias, personas, vida entregada, vida gastada, vivida con amor.

Ya en Lima
Y en esos años le vino una de sus cruces más fuertes: la pérdida de la visión. Ella misma contaba que se sentía como si se hubiera acabado su vida misionera cuando le diagnosticaron la enfermedad, aunque, con la profundidad que la caracterizaba pudo entender quesi me falta la vista, Dios me va a dar la vista interior, y a pesar de todo pudo continuar aún en la zona de Nieva bastantes años más después que le detectaran la pérdida de visión.

Lo duro fue salir de la selva –como buena misionera-, pero con los años se fue acostumbrando a vivir en Lima y ahí también fue dejando su rastro en la gente y familias, grupos que atendía, hermanas con las que vivía. En Lima acompañaba a un grupo de laicos de la capilla Virgen de Fátima: con mucha tristeza escribo este mensaje recordando todos sus consejos, orientaciones fue una gran guía espiritual para todo nuestro grupo de Reflexión. En lo personal siempre me alentaba a no perder la fe y orar ante la adversidad.  Ahora sé que tenemos un Ángel más orando por nuestro Perú en especial por su selva querida”

Comunidad de Fiori

O atendiendo a los vecinos de Villa del Carmen, preparando a los hijos adolescentes de una familia amiga para que pudieran recibir su Primera Comunión, yendo a su casa a prepararlos un par de veces a la semana. Visitando y acompañando a las familias de Fiori…Tantos servicios pequeños o grandes, discretos, pero importantes. La palabra acertada, la escucha atenta, a pesar de la limitación del oído, que también le llegó.

¡¡¡¡Casi nada cumplir 90!!!!
Profunda, prudente, discreta,…Siento que mi corazón sigue latiendo al ritmo de la Misión y doy muchas gracias a Dios por los años vividos en la zona de Santa María de Nieva entre los Awajun y Wampis. Ese corazón que este miércoles 9 de junio dejó de latir en este mundo para ir al encuentro de papá-Dios.

Nuestros vecinos de JVA, en Nieva

Descanse en paz, Benita, queda la bendición que has sido para tantísima gente en este, tu querido Perú.

Comunidad de Palao



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