sábado, 13 de julio de 2013

GRACIAS MARGERY, POR TU VIDA ENTREGADA A LA MISIÓN DE INDIA



MUERE NUESTRA   HERMANA MARGERY, PRIMERA RELIGIOSA  INDIA DE LA COMPAÑÍA MISIONERA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.


Margery nació en Bandra-Mumbay, (India),  era la mayor de cinco hermanos. De una familia Católica muy piadosa, sus padres educaron a sus hijos con criterios religiosos y morales muy estrictos como era normal en familias católicas de  entonces.


Terminó su educación primaria y secundaria en  St. Joseph’s Convent School de Bandra, con las Hijas de La Cruz. Cursó  estudios universitarios de pedagogía en St. Xavier’s College de los Jesuitas.

Desde 1958, en Surat, teniamos el colegio de  Lourdes Convent School y Magery  fue una de las mejores profesoras en inglés y Ciencias Morales. También estaba encargada de la biblioteca general y daba educación sexual. Margery animaba a los muchachos/as a leer los buenos libros que teníamos en la biblioteca. Cuando no estaba en la clase estaba en la biblioteca donde también aconsejaba a los jóvenes. En el colegio cada año se añadía una clase y Margery fue siempre  encargada de la clase superior, preparaba sus clases con mucho cuidado y corregía los trabajos de los alumnos/as con  esmero.

En el colegio todas las demás hermanas indias eran más jóvenes, Margery era como un icono “madre” para los estudiantes. Margery era una persona a quien se la veía, pero no se la oía mucho porque incluso en las clases no levantaba la voz. Los alumnos/as la querían, apreciaban sus clases y sus consejos y de vez en cuando alguno que otro, a propósito, probaba su paciencia. De carácter muy agradable se llevaba bien con las otras profesoras comportándose como una más entre ellas y fue muy respetada por todos.


Sus últimos años los pasó en Snehanjali haciendo lo que podía pero al final le llegaron los límites de la edad. Aun así, estaba siempre sonriente y agradecida. Sus alumnos y profesoras colegas la visitaban, cosa que le daba mucha alegría. Pero poco a poco fue perdiendo la memoria y  no reconocía los que la visitaban.

Margery fue entrañable para las hermanas de la Región. Un ejemplo de fidelidad a su vocación. Una mujer de Dios, querida por todos  y queriendo a todos. A su misa de cuerpo presente y entierro vinieron muchos ex alumnos /as, profesoras y amigos. El domingo siguiente en el homenaje vinieron muchos más.

Hermana Mery DePenha nos relata sus impresiones: 
Acabo de regresar del entierro y lo que digo en esta carta está muy vivo en mi memoria y me sale del corazón.




Lo que más expresan, de una manera u otra, todos los que han conocido a Hna. Margery es que era una “persona de Dios”. Respiraba paz, alegría y amor. Una persona de pocas palabras y en el último año de su vida, hasta eso perdió y no podía expresar lo que quería, aunque  por eso no perdió la SONRISA que mantuvo hasta el final. Era una sonrisa que hablaba desde el corazón, sin necesidad de palabras, a todo el que se encontraba con ella. No comunicaba lo que ella quería o necesitaba sino lo que los demás necesitaban.  En esa sonrisa comunicaba aceptación, amor y alegría. Fue capaz de hacer que cada uno se sintiera importante, fuera  niño, joven o persona mayor. Para ella todos eran un amigo que la necesitaba. Siempre tenía preparados pequeños regalos para cuando los niños la visitaban cada uno volviera con algún regalito o dulce.

Margery murió como había vivido. Sus últimos momentos fueron de paz, sin ansiedad o dolor y pasó a la otra vida en presencia de toda la Comunidad de hermanas  que la rodeaban. No hubo lucha, simplemente se dejó en las manos del Señor.


La noche que murió llovió torrencialmente, pero el día del entierro  fue seco y con un sol resplandeciente. Como murió en la noche del domingo, no fue posible informar a todos pero  los que supieron estuvieron presentes. Por supuesto que hubo una gran representación de los alumnos de la Parroquia y muchos de otras confesiones a quienes ella había enseñado y estaban en contacto con ella en los últimos años visitándola y presentando sus respetos.

Hubo once sacerdotes concelebrando la Misa con el P. Malcom, el Párroco, que presidió la Eucaristía y  habló preciosamente de ella y de su vida. La había conocido solamente hacía un año pero le había impresionado las veces que fue a visitarla. Una de las cosas que dijo de Margery fue que no se hizo notar porque hizo lo que cada uno debería hacer y esto no es noticia como lo son los escándalos, la corrupción…etc.
Margery vivió haciendo su obligación, ayudando a otros, gastando su vida totalmente por los demás. Le impresionaba su SONRISA  que era más elocuente que sus palabras.


Margery era una persona que nunca ofendió a nadie intencionadamente. 
Era  suave y amable, siempre dispuesta a hacer lo que  podía para ayudar al otro. La enseñanza era su pasión y lo hizo casi hasta el final de sus días. Cuando ya no podía andar, desde la silla de ruedas daba clases al hijo del chófer que gracias a ella se ha podido graduar.


Margery ha sido para nosotras una bendición todos estos años. Su ejemplo y dedicación y fidelidad al Señor estará siempre presente en nuestros corazones  enriqueciéndonos y enriqueciendo la Región de India donde se gastó durante 58  largos años como Misionera del Sagrado Corazón de Jesús.

Mary DePenha.


GRACIAS   MARGERY,  POR TU ENTREGA GENEROSA  A    LOS MÁS POBRES Y NECESITADOS DE LA  INDIA.




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