"Para que los pueblos de Europa redescubran la belleza, la bondad y la verdad del Evangelio que dan alegría y esperanza a la vida" es la intención misionera para el mes de diciembre
Precisamente, este año, el 2 de julio, se reunían en la plaza Stachus de Múnich, Alemania representantes de comunidades cristianas de diferentes países de Europa, obispos, jóvenes y grupos musicales. Fue la manifestación “Juntos por Europa”. El Papa les envió un mensaje sobre la fe y Europa:
“Europa está llamada a reflexionar y a preguntarse si su inmenso patrimonio, permeado de cristianismo, pertenece a un museo o, sin embargo, es todavía capaz de inspirar la cultura y donar sus tesoros a toda la humanidad”, decía el Papa. “La historia de Europa es la de un continuo encuentro entre el cielo y la tierra: el cielo indica la apertura a lo trascendente, a Dios, que siempre ha distinguido al hombre europeo; y la tierra representa su capacidad práctica y concreta de afrontar situaciones y problemas”.
El Papa alababa que tuvieran como objetivo claro “traducir los valores esenciales del cristianismo en respuesta concreta a los desafíos de un continente en crisis”. Les recordaba que “Dios siempre trae novedad”, por lo que todos estamos “llamados a mostrar su novedad en la vida y hacer florecer así los frutos del Evangelio, frutos nacidos de las raíces cristianas, que desde hace 2000 años nutren Europa”.
Y terminaba el Papa Francisco: “En la Europa de las naciones, vosotros dais testimonio de que somos hijos del único Padre y hermanos y hermanas entre nosotros. Sois una semilla preciosa de esperanza, para que Europa redescubra su vocación de contribuir a la unidad de todos”.
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