Ha sido muy hermoso el encuentro que hemos tenido con más de ciento veinte jóvenes que se están preparando para recibir el Sacramento de la Confirmación de nuestra Parroquia de Santísimo Redentor de la diócesis de Carabayllo de Lima.
Jóvenes de las distintas capillas en los salones de la Parroquia de Santísimo Redentor |
Era emocionante ir viendo a los jóvenes de las distintas capillas con sus mochilas repletas de alegría, esperanza y muchos deseos de conocer y profundizar en el AMOR DE DIOS. Y ahí les esperaba sus catequistas, que muy responsables y dinámicos llevaron toda la jornada.
Anita, catequista de Confirmación de la capilla de Villa del Carmen dándoles la bienvenida |
La catequista de Confirmación de Villa del Carmen Ana Esther Mío, les dió la bienvenida, haciéndoles sentir la importancia del encuentro y les ayudó con algunas dinámica.
Rosa, catequista de la capilla de los Jardines enseñando unas dinámicas. |
La Hermana Juliana Maria Gómez, religiosa misionera de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, nos hizo vibrar con el tema del AMOR DE DIOS, nos hizo caer en la cuenta de que somos UNICOS E IRREPETIBLES para Dios, que somos UNA OBRA DE ARTE... y gozabamos de poder experimentar este amor de Dios tan grande en nuestras vidas y que nosotros tenemos que darlo a los demás, si queremos ser felices.
Hermana Juliana María dando la charla a los jóvenes del grupo de Confirmación |
Dios ama a todas las personas por igual; nosotros amamos sobre todo a quienes nos aman.
El amor de Dios es inmutable y permanece; el amor del hombre disminuye cuando se siente ofendido.
El amor de Dios es pura gratuidad; nuestro amor siempre esta ligado a la reciprocidad: queremos a quienes nos quieren.
El amor de Dios siempre perdona y olvida las ofensas; nosotros solo a veces.
Dios perdona aun a quienes no merecen el perdón; nosotros perdonamos a quienes creemos que lo merecen.
El amor de Dios es inconmensurable; el nuestro es muy limitado e inconsistente.
Nuestro amor es por lo general amor de respuesta; el de Dios no esta relacionado con los merecimientos de las personas.
El amor humano se vuelve con frecuencia vengativo ante la infidelidad; Dios nunca castiga nuestros alejamientos y nuestras infidelidades.
Nuestro amor se basa en sentimientos; el amor de Dios se base simplemente en nuestra condición de seres humanos. <뒔Ų> </뒔Ų>
Nuestro amor es siempre muy personalizado; el de Dios es universal.
Nosotros amamos a quienes creemos que merecen nuestra estima; el amor de Dios tiene preferencia por los pobres, por los necesitados y los pecadores.
El amor humano esta muy orientado, principalmente hacia parientes y amigos; Dios ama a todos por igual.
Siempre el mensaje de Jesucristo es:
De amor; no de temor,
De perdón; no de castigo,
De salvación; no de condenación,
De gracia; no de pecado,
De gratuidad; no basado en merecimientos personales.
¿Y cómo vivimos este amor?
Jóvenes dispuestos a vivir el AMOR DE DIOS y darlo a los demás. |
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