jueves, 27 de diciembre de 2012

UN PESEBRE EN LA LEPROSERIA DE SURAT. INDIA.




La gran reunión de la leprosería

      En India, las casas anuncian con una pequeña estrella en sus fachadas que se celebra el Nacimiento. Rosa Porta, misionera de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, ha trabajado 30 años en Surat, en el Estado de Gujerat, en el oeste del país. En el Parbati Leprosy Hospital, una leprosería con dos centenares de enfermos. De ellos, sólo una decena eran católicos.
 “La Navidad, dice la Hermana Rosa,  era nuestra fiesta, la de todos. Nos uníamos en las celebraciones de cada religión, las de los musulmanes, las de los hinduistas... Sin embargo, la Navidad era la gran celebración del hospital. Los niños montaban un pequeño belén, los hombres decoraban el edificio... Allí todos participaban”. Sus recuerdos le conducen a la palabra fraternidad.


 
     

“Para la misa de Nochebuena venía el sacerdote desde la ciudad de Surat y nos reuníamos, cristianos y no cristianos, enfermos, familiares, incluso pacientes ya curados que acudían con sus hijos, con sus parientes; llegaba también gente de la ciudad... Y celebrábamos la Eucaristía. Era una preciosidad. Luego cenábamos juntos. Todos cantaban y la noche pasaba sin que nadie se parase a dormir. El día de Navidad nos volvíamos a reunir para la comida”.
 


 De su labor en India, de sus navidades, recuerda su relación con los pueblos “adibasis”, los aborígenes indios. “Participábamos con ellos porque así lo querían, y celebrábamos también las fiestas, la gente venía desde distintos poblados a la celebración cristiana, aunque en su mayoría eran animistas”. En India, la relación pacífica y respetuosa entre las distintas confesiones consigue el vínculo de la caridad y del servicio.
     
  No ha sido éste un año fácil para el país. El Gobierno alentado por los partidos del hinduismo fundamentalista ha presionado a los cristianos con las llamadas leyes “anticonversión”. Pero en torno a la Navidad no hay distinción de castas. Los cristianos, encuadrados en las más bajas, viven en una pobreza radical. Por eso, tras las celebraciones, en muchas iglesias se reparten ropas. ¿Y qué diferencias hay con Occidente? Es fácil. Para Rosa Porta, “aquello es Navidad, esto sólo consumismo. Como mucho para las familias católicas cuenta la misa del gallo porque, para el resto, el compromiso está en el consumo no en la Iglesia”.     

  “En India, dice hermana Rosa,  la fiesta es la celebración religiosa de la Encarnación, con todo su esplendor. Allí podíamos pasarnos horas en la misa a la que asistían hasta los niños más pequeños. Y con los adibasis, en improvisadas iglesias de bambú y de barro, sin bancos, se oraba, se celebraba, se convivía”. En India, la Navidad es ágape de Dios y ágape de convivencia entre los hombres.


           

 


      

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