
La última Cena. Por la mañana del Jueves, Pedro y Juan se adelantan para preparar la cena en Jerusalén. A la tarde llegaron al Cenáculo. Allí Jesús lavó los pies uno a uno. Luego, sentados a la mesa celebra la primera Misa: les da a comer su Cuerpo y su Sangre y les ordena sacerdotes a los Apóstoles para que, en adelante, ellos celebren la Misa. Judas salió del Cenáculo antes, para entregarle. Jesús se despidió de su Madre y se fue al huerto de los Olivos. Allí sudó sangre, viendo lo que le esperaba. Los discípulos se durmieron. Llegó Judas con todos los de la sinagoga y le da un beso. Entonces, le cogieron preso y todos los Apóstoles huyeron. Lo llevan al Palacio de Caifás, el Sumo Sacerdote. Le interrogan durante toda la noche: no duerme nada.
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¿Lavarme Tú a mí los pies? 
Y si es necesario, Señor, 
todo mi pobre ser. 
¡Lávame y purifícame! 
Hazme comprender que, el camino del servicio 
es una llave que abre la puerta del cielo 
Que el servir, aún sin ser recompensado, 
es garantía de que soy de los tuyos. 
Por eso, Señor, ¡lávame! 
Pero, te pido Señor, que no te inclines demasiado 
Soy yo quien, en este Jueves de tanto amor, 
necesito plegarme en mi orgullo 
Soy yo quien en estas horas memorables, 
estoy llamado a  conquistar tu corazón 
ofrendándome a los hombres. 
¡Lávame, mi Señor! 
Para que, mis manos, 
puedan acariciar rostros doloridos 
Para que, mis pies, 
puedan acompañar hermanos perdidos 
LO QUE QUIERAS, MI SEÑOR 
Me has amado y, al amarme, 
brota en mí lo que Tú sembraste: 
amor por los que me rodean 
amor hacia los que me piden 
pasión por los más débiles 
Sí, mi Señor; haré lo que Tú quieras 
Porque, si algo tiene el Jueves Santo, 
es Misterio de amor y de ternura 
Misterio de Sacerdocio y aroma de Eucaristía 
Misterio de tu presencia 
que  siempre permanecerá y estallará en el altar 
LO QUE TU QUIERAS, MI SEÑOR 
Porque, cada vez que comamos de este pan, 
Porque, cada vez que bebamos de este vino, 
recordaremos tu querer y tu deseo 
nos llenaremos con tu Memorial y tu Palabra 
con tu gesto de siervo arrodillado. 
LO QUE TU QUIERAS, MI SEÑOR 
Sólo te pedimos una cosa: 
que nunca nos falte la Eucaristía 
para estar eternamente a Ti unidos 
Amén 
J.Leoz 
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