Astrid
Montagne, laica misionera de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, nos cuenta sus impresiones de la experiencia que ha vivido, durante dos meses, en la misión de Jeberos, situada
en el Vicariato de Yurimaguas, en el Alto Amazonas.
En la misión
de Jeberos hay cinco hermanas religiosas-misioneras, de tres nacionalidades, dos españolas, Carmina y Carmen, dos
peruanas Angelica y Bertha y una de India Sylvia, yo fui recibida en esa comunidad como una hermana más,
me sentí siempre parte de ellas, participando activamente en la oración
comunitaria y en las diversas actividades que en la misión realizan.
Jeberos es
una parroquia, que no tiene ningún sacerdote, son las hermanas las que ya
durante más de 38 años, llevan la Parroquia. Se nota que han hecho un buen trabajo y la parroquía tiene mucha vida. La Hermana Carmina, me pidió si la podía ayudar a preparar los índices de todos
los libros de la parroquía, en los que se inscriben las partidas de
Bautismo y de Matrimonio, de modo que fuera más fácil buscar dichos documentos,
cuándo lo solicitan. Así que me ha tocado hacer un trabajo de secretaría que lo he hecho con mucho gusto.
D. Oscar entregando la Biblia a un matrimonio |
Las hermanas
han preparado magníficamente a cuatro comunidades nativas, para que ellos mismos puedan llevar
la Palabra de Dios a sus hermanos. Hemos tenido reuniones de preparación para
las distintas catequesis de Bautismo, Primera Comunión y Confirmación, colaborando con ellas en la
medida de mis posibilidades.
Después de una larga preparación, se hizo entrega a 17 catequistas de la Sagrada Biblia, durante la ceremonía litúrgica del domingo 21 de julio. Fué el Hermano Oscar, que es miembro de la primera comunidad cristiana y que lleva la litrugía dominical, quien hizo entrega de la Palabra de Dios.
Después de una larga preparación, se hizo entrega a 17 catequistas de la Sagrada Biblia, durante la ceremonía litúrgica del domingo 21 de julio. Fué el Hermano Oscar, que es miembro de la primera comunidad cristiana y que lleva la litrugía dominical, quien hizo entrega de la Palabra de Dios.
Entrega de medicinas al Centro de Salud |
Recibí una
donación de la Fundación “OLi” y de “Vida Perú”, quienes nos
proporcionaron una silla de ruedas, un andador y mucho material médico:
gasas, vendas, algodón
yodo,
guantes,
curitas,
tijeras, jeringas,
mascarillas… que ha sido de gran ayuda para poder organizar un pequeño dispensario en la casa de las hermanas, para atender los primeros auxilios y el resto fue entregado al Centro de Salud.
proporcionaron una silla de ruedas, un andador y mucho material médico:
gasas, vendas, algodón
yodo,
guantes,
curitas,
tijeras, jeringas,
mascarillas… que ha sido de gran ayuda para poder organizar un pequeño dispensario en la casa de las hermanas, para atender los primeros auxilios y el resto fue entregado al Centro de Salud.
Astrid, ayudando al señor que le han cortado la pierna, a bajar del motocarro para entregarle su silla de ruedas. |
Astrid, hace entrega de este andador |
Por suerte,
tuve la oportunidad de poder aliviar a dos enfermos proporcionándoles a uno que le habían cortado
la pierna, una silla de ruedas y a otro un andador. Me hubiera encantado poder
tener más sillas y andadores para poder aliviar a otros enfermos.
He podido visitar a los nativos en sus propias casas y constatar la realidad tan marginada en que viven, muchos de ellos enfermos, postrados en sus catres sin apenas poderse movilizar.
Hemos pasado
momentos muy tristes, pues cuatro personas de distintas edades han fallecido
durante el tiempo que estuve en la misión, especialmente por la muerte de una
niña de cinco años… y ahí hemos estado acompañando a las familias, rezando y enterrando
a los muertos… ¡Ya ven que en la misión hay que hacer de todo, y siempre nos
falta tiempo!.
La niña de cinco años fallecida súbitamente, ante el dolor de los papás y hermanitos. |
Astrid, encendiendo el horno para hacer pan. |
También en
este tiempo hemos continuado con la Hermana
Sylvia la enseñanza de
hacer pan, ya que contamos con un ambiente propicio y con un horno de leña para realizar estas actividades. La finalidad de que aprendan hacer pan, es para que puedan comenzar ellas
mismas su negocio propio. Da mucha alegría ver que muchos se han entusiasmado y hemos tenido que ampliar el horario para atender a más personas que lo han solicitado. Varios han comenzado ya a vender su pan, sacando así un poquito
de platita para dar de comer a sus hijos. El anhelo de estas familias, es que ellos mismos puedan tener su propio horno de leña.
Astrid y Hermana Sylvia, enseñando hacer pan |
Lo más
importante para mí ha sido la oración compartida con las hermanas y el haber
descubierto fuertemente a Jesús en cada uno de los hermanos con quien he
departido, ello me ha fortalecido espiritualmente y ha enriquecido mi vocación
de laica misionera.
¡GRACIAS HERMANAS DE LA COMPAÑÍA MISIONERA, POR PERMITIRME HACER ESTA EXPERIENCIA CON USTEDES!.
Me alegro muchisimo de que la Comunidad de Jeberos siga avanzando y constituyendo un verdadero hogar donde reine la acogida fraterna y el ansia de evangelización y progreso humano y espiritual.
ResponderEliminarP.Odilo González
Nos alegramos P. Odilio de su comentario y le animamos a que pueda compartir todo esto con los jóvenes de su Parroquía.
EliminarDeseamos que este blog sea visitado por muchas personas más y sobre todo,se anime a jóvenes a dar respués a la VOCACION MISIONERA, para poder compartir la vida con los hermanos.
Nancy Chávez y Juliana María