sábado, 10 de agosto de 2013

ASTRID MONTAGNE, LAICA MISIONERA, NOS CUENTA SUS VIVENCIAS EN LA MISIÓN DE JEBEROS.



Astrid Montagne, laica misionera de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús,  nos cuenta sus impresiones de la experiencia que ha vivido, durante  dos meses, en la misión de Jeberos, situada en el Vicariato de Yurimaguas, en el Alto Amazonas.
 
Comunidad de Jeberos: Carmina, Astrid, Carmen, Sylvia, Bertha y Angélica.
En la misión de Jeberos hay cinco hermanas religiosas-misioneras,  de tres nacionalidades, dos españolas, Carmina  y Carmen, dos peruanas Angelica y Bertha y una de India Sylvia, yo fui recibida en esa comunidad como una hermana más, me sentí siempre parte de ellas, participando activamente en la oración comunitaria y en las diversas actividades que en la misión realizan.
En la parroquía de Jeberos, en la celebración del domingo parte de la Comunidad Cristiana.
Jeberos es una parroquia, que no tiene ningún sacerdote, son las hermanas las que ya durante más de 38 años, llevan la Parroquia. Se nota que han hecho un buen trabajo y la parroquía tiene mucha vida.  La Hermana Carmina, me pidió si la  podía ayudar a preparar los índices de todos los libros de la parroquía, en los que se inscriben las partidas de  Bautismo y de Matrimonio, de modo que fuera más fácil buscar dichos documentos, cuándo lo solicitan. Así que me ha tocado hacer un trabajo de secretaría que lo he hecho con mucho gusto.

D. Oscar entregando la Biblia a un matrimonio

Las hermanas han preparado magníficamente a cuatro comunidades  nativas, para que ellos mismos puedan llevar la Palabra de Dios a sus hermanos. Hemos tenido reuniones de preparación para las distintas catequesis de Bautismo, Primera Comunión y  Confirmación, colaborando con ellas en la medida de mis posibilidades. 

Después de una larga preparación, se hizo entrega a 17 catequistas de la Sagrada Biblia, durante la ceremonía litúrgica del domingo 21 de julio. Fué el Hermano Oscar, que es miembro de la primera comunidad cristiana y que lleva la litrugía dominical, quien hizo entrega de la Palabra de Dios.

Entrega de medicinas al Centro  de Salud
Recibí una donación de la Fundación “OLi” y de “Vida Perú”, quienes nos 
 proporcionaron una silla de ruedas, un  andador y mucho material médico:

Dispensario en casa de las hermanas

 gasas, vendas, algodón
yodo, 
guantes,
curitas,
tijeras,   jeringas, 
mascarillas… que ha sido de gran ayuda para poder organizar un pequeño dispensario en la casa de las hermanas, para atender los primeros auxilios y el resto fue entregado al Centro de Salud.

 
Astrid, ayudando al señor que le han cortado la pierna, a bajar del motocarro para entregarle su silla de ruedas.
Astrid, hace entrega de este andador


Por suerte, tuve la oportunidad de poder aliviar a dos enfermos  proporcionándoles a uno que le habían cortado la pierna, una silla de ruedas y a otro un andador. Me hubiera encantado poder tener más sillas y andadores para poder aliviar a otros enfermos.

Astrid, visitando a una familia nativa

He podido visitar a los nativos en sus propias casas y constatar la realidad tan marginada  en que viven, muchos de ellos enfermos, postrados en sus catres sin apenas poderse movilizar.

 
Hemos pasado momentos muy tristes, pues cuatro personas de distintas edades han fallecido durante el tiempo que estuve en la misión, especialmente por la muerte de una niña de cinco años… y ahí hemos estado acompañando a las familias, rezando y enterrando a los muertos… ¡Ya ven que en la misión hay que hacer de todo, y siempre nos falta tiempo!.

La niña de cinco años fallecida súbitamente, ante el dolor de los papás y hermanitos. 
Astrid, encendiendo el horno para hacer pan.
También en este tiempo hemos continuado  con la Hermana  Sylvia la enseñanza de
 hacer pan, ya que contamos con un ambiente propicio y con un horno de leña para realizar estas actividades. La finalidad  de que aprendan hacer pan, es para que puedan comenzar ellas mismas su negocio propio. Da mucha alegría ver que muchos se han entusiasmado  y hemos tenido que ampliar el horario para atender a más personas que lo han solicitado. Varios han comenzado ya a vender su pan, sacando así  un poquito de platita para dar de comer a sus hijos. El anhelo de estas familias, es que ellos mismos puedan tener su propio horno de leña. 

Astrid y Hermana Sylvia, enseñando hacer pan



Lo más importante para mí ha sido la oración compartida con las hermanas y el haber descubierto fuertemente a Jesús en cada uno de los hermanos con quien he departido, ello me ha fortalecido espiritualmente y ha enriquecido mi vocación de laica misionera.

¡GRACIAS HERMANAS DE LA COMPAÑÍA MISIONERA, POR PERMITIRME HACER ESTA EXPERIENCIA CON USTEDES!.

2 comentarios:

  1. Me alegro muchisimo de que la Comunidad de Jeberos siga avanzando y constituyendo un verdadero hogar donde reine la acogida fraterna y el ansia de evangelización y progreso humano y espiritual.
    P.Odilo González

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    1. Nos alegramos P. Odilio de su comentario y le animamos a que pueda compartir todo esto con los jóvenes de su Parroquía.
      Deseamos que este blog sea visitado por muchas personas más y sobre todo,se anime a jóvenes a dar respués a la VOCACION MISIONERA, para poder compartir la vida con los hermanos.

      Nancy Chávez y Juliana María

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