Lo tengo todo pensado: mis planes, mi futuro. Ya he conseguido un equilibrio, dedico tiempo a todos, incluso a Dios y los más necesitados. Todo me va bien, ¿acaso podría desear el Dios de la Vida algo diferente para mí?
Pero algo no cuadra, a veces me pregunto si no estaré confundiendo dos cosas muy diferentes: el sueño de Dios para mi vida y autorrealización. Me incomoda pensar que los planes de Dios son diferentes a los míos…¿Qué necesidad hay de dejar paso a lo desconocido y que no he planificado yo?
Me es fácil falsificar la firma de Dios en lo que realmente son mis seguridades, me veo gritando mi voluntad a los cuatro vientos con tal de no escuchar lo que Dios susurra, porque no quiero desbaratar mis proyectos, porque no quiero bajar mis defensas. Y me pregunto cómo es saltar la muralla de mi ego, hacia dónde me llevan esas inseguridades, cual sería ese horizonte sin barreras…¿podría amar más, servir más?
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