La bula Misericordiae vultus, por la que el Papa Francisco, convoca un Año Santo de la Misericordia, ha sido la fuente de inspiración del DOMUND 2015
"Misioneros de la misericordia"
Los misioneros y misioneras son instrumentos y canales de la misericordia de Dios. A través de ellos el Señor hace llegar su amor a los más pequeños y necesitados. Cada gesto de misericordia es una “caricia al alma” que hace resonar de nuevo, para quien lo recibe, la buena noticia de que Dios está del lado de los humildes y de los que sufren, del lado de cada hombre y mujer del mundo, de nuestro lado. La misericordia es la identidad de Dios y de los misioneros y misioneras, que acompañan con amor y paciencia el crecimiento integral de las personas, compartiendo su día a día.
Preciso es reparar en que los misioneros son radicalmente misericordiosos. Ellos son los que, en la Iglesia “en salida”, saben adelantarse sin miedo e ir al encuentro de todos para mostrarles a un Dios cercano, providente y santo. Con su vida de entrega al Señor, sirviendo a los hombres y anunciándoles la alegría del perdón, revelan el misterio del amor divino en plenitud. Ellos viven una profunda vida espiritual, que enriquece su mente y su corazón para reconocer la acción del Espíritu, les saca de la estrechez de una espiritualidad limitada y les abre a nuevos horizontes ilimitados, e indican el camino que cada cristiano ha de recorrer como “discípulo misionero”.
Todo esto queda plasmado en el abrazo entre una misionera y una anciana en el cartel del DOMUND. La expresión de sus rostros es reflejo de un amor misericordioso, comprometido, recíproco, profundo. La imagen muestra que las obras de misericordia son el revulsivo para despertar nuestra conciencia, tan aletargada ante el drama de la pobreza, y entrar aún más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina.
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