Vista aérea de una mina de coltán de luwowo, Congo.
Por
primera vez, cerca de 1.300 empresas de Estados Unidos informaron sobre si los productos que
fabrican o venden contienen minerales que financian los conflictos armados en
la región de los Grandes Lagos de África central. (6 jun 2014).
El lunes 2 fue la
fecha límite para que las empresas presentaran sus declaraciones, en lo que fue
el primer resultado concreto de una ley aprobada en 2010 por el Congreso legislativo
de Estados Unidos para ayudar al cese de la prolongada guerra civil en
República Democrática del Congo (RDC).
Sin embargo, la
reglamentación de la ley fue objeto de reiterados ataques legales de empresas
privadas y grupos de presión, que sostienen que el cumplimiento del artículo
1502 de la norma las obliga a presentar las declaraciones es oneroso e incluso
inconstitucional.
"Este es un
día histórico. Hace cinco años este tema no estaba en el radar de nadie, y
ahora los consumidores pueden mirar debajo del capó de lo que hay en un
producto”: Sasha Lezhnev
No obstante, el martes 3 parecía que la
mayoría de las compañías que debían presentar declaraciones sobre los llamados
minerales de conflicto o de guerra en sus cadenas de suministro lo había hecho.
La información está a disposición del público a través de la Comisión de Bolsa y
Valores (SEC, por sus siglas en inglés), el organismo federal encargado de
aplicar el artículo 1502.
“Este es un día
histórico. Hace cinco años este tema no estaba en el radar de nadie, y ahora
los consumidores pueden mirar debajo del capó de lo que hay en un producto”,
señaló Sasha Lezhnev, analista de políticas públicas de Enough Project, una
organización de investigación sin fines de lucro con sede en Washington.
“Creo que mucha gente
sabía lo que empresas como Apple, Intel o Hewlett-Packard hacían, ya que han
estado muy atentas a este tema. Pero nadie sabía lo que hacían empresas como
Walmart o General Motors”, añadió a IPS.
El Consejo de Seguridad de la
Organización de las Naciones Unidas reconoció formalmente en 2009 que los ingresos provenientes
de la extracción de minerales fortalecían a numerosos grupos armados que operan
en el este de RDC. La industria de la electrónica es una de las usuarias más
importantes de estos minerales, entre ellos el estaño, el tantalio, el
tungsteno y el oro.
Desde entonces,
informó Lezhnev, 95 minas de RDC fueron certificadas como “libres de conflicto
armado”, mientras se desmilitarizaron dos tercios de las minas de estaño,
tántalo y tungsteno en el este del país africano.
Pero el oro sigue
siendo un problema importante, y Enough Project y otras voces reclaman medidas
más concertadas para determinar las fuentes de abastecimiento, en particular
con respecto a la industria de la joyería.
¿Múltiple opción?
Bajo las directrices de la SEC, las
empresas que cotizan en las bolsas de valores de
Estados Unidos ahora deben presentar declaraciones anuales que detallen sus
esfuerzos para discernir si sus productos utilizan minerales procedentes de
conflictos armados y, de ser así, sus planes para detener esta práctica.
Varios miles de
empresas fueron identificadas como posibles vendedoras, incluso sin saberlo, de
productos que contienen estos minerales de guerra.
La firma de
consultoría Booz Allen Hamilton declaró que participó en la fabricación de
placas de circuitos, montajes eléctricos y grabadoras de vigilancia que
contienen estos minerales. Muchos de estos productos se fabricaron para el
gobierno de Estados Unidos, precisó la empresa.
Sin embargo, la
mayoría de las compañías declararon resultados incompletos. La gigante
informática Microsoft, por ejemplo, señaló que “no puede excluir la
posibilidad” de que sus productos contengan minerales de guerra, pero también
que aún no obtuvo la información completa sobre sus fuentes de abastecimiento
en su “extensa y compleja” cadena de suministro.
A muchas
organizaciones activistas les preocupa que la mayoría de las empresas no haya
proporcionado información sobre las acciones de seguimiento que tomaron luego
de las consultas a sus proveedores, si es que las hubo.
“En general, estamos
muy decepcionados con la vaguedad de muchas de las declaraciones, que carecen
de descripción acerca de los procesos”, se lamentó Carly Oboth, asesora de
políticas en Global Witness, una organización que apoya la regulación de los
minerales de guerra.
“Nos preocupa cómo las compañías
llegaron a tomar la decisión acerca de sus minerales de guerra, ya que muchas
sostienen que son… ‘libres de conflicto’, sin precisar cómo llegaron a esa
conclusión. No se supone que esto sea un ejercicio de
múltiple opción, sino de demostrar que no se están abasteciendo en una zona de
conflicto”, señaló Oboth a IPS.
Global Witness afirma
que la mayoría de las declaraciones presentadas han sido “insuficientes”.
Competencia sin
conflictos
Un cuello de botella
clave para muchas de las empresas que deben investigar sus cadenas de
suministro son las fundiciones de metal que convierten las materias primas en
productos viables. Una iniciativa liderada por el sector industrial, el
Programa de Fundiciones Libres de Conflictos, certificó hasta la fecha
aproximadamente un 40 por ciento de estas fábricas en el mundo, informó
Lezhnev, de Enough Project.
Sin embargo, Oboth, de
Global Witness, asegura que muchas empresas se limitaron a comprobar si sus
proveedores cuentan con esta certificación y no hicieron más.
“En cambio, lo que
nosotros queremos – y lo que exige la norma de la SEC – es que hagan un
seguimiento de las fundiciones”, exhortó Oboth. “Intel, por ejemplo, visitó las
fundiciones para verificar su política con respecto a los minerales de guerra,
para ver cómo identificaban los riesgos”, explicó.
De hecho, Intel, la
fabricante de microprocesadores, en muchos aspectos ha sido la corporación más
activa en el tema. En enero presentó el primer producto del mundo ‘libre de
conflictos’, y fue la única compañía que presentó un informe completo sobre sus
cadenas de suministro, incluso antes de la fecha límite para presentar la
declaración que exige el artículo 1502.
En abril un fallo judicial alteró la
disposición original de la SEC y ahora las empresas no están obligadas a
declarar si un producto es libre de conflictos, aunque el proceso judicial
podría continuar en
los próximos meses. Pero Intel sostiene que esas etiquetas son importantes.
“Una de nuestras
características tiene que ver con la transparencia. Aunque no se nos exige
revelar el estado de nuestros productos, creemos que esta transparencia
demuestra a nuestros clientes y accionistas nuestro compromiso con este tema”,
indicó Intel a IPS mediante una comunicación.
“Animamos a otras
empresas a que también compartan las conclusiones sobre sus productos mientras
todos trabajamos para certificar que nuestros productos son libres del
conflicto de RDC”, agregó la firma.
La presencia de un
único producto libre de conflictos en el mercado estimuló la competencia, y se
espera que se produzca una dinámica similar tras el resultado de las
declaraciones públicas del lunes.
“Ya vimos que otras
empresas entraron en carrera para tener el siguiente producto libre de
conflictos, y nosotros alentamos a los consumidores a que insten la
participación de las mayores empresas del sector aeroespacial y automotor”, dijo
Lezhnev.
“El paso de Intel es
bueno, pero hay empresas por ahí que son mucho más grandes. Por ejemplo,
¿cuándo fabricarán Boeing o General Electric el próximo producto libre de
conflictos?”, se preguntó el analista.
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lunes, 18 de mayo de 2015
MINERALES QUE PROVOCAN GUERRAS...PARA NUESTRO CONSUMOPERSONAL
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