miércoles, 22 de abril de 2015

¿Y si el titular fuera "700 turistas europeos, ahogados al volcar un crucero frente a Malta"?

Nos permitimos difundir una noticia de un blog ajeno, escrito por Paco Nadal, cuyo enlace es el siguiente, pero merece la pena como reflexión y por su tono duro, para hacernos reaccionar un poco y dejar de pensar que "eso no va conmigo", porque al final, todos somos responsables de lo que sucede a nuestro alrededor...

 http://blogs.elpais.com/paco-nadal/

Paco Nadal




Sería  una  noticia  impactante,  ¿verdad? Pero  tranquilos:  el titular  es  mentira.  De
ser  cierto  correrían  ríos  de  tinta  en  los  periódicos  durante  semanas,  se  emitirían
horas  y  horas  de informativos  especiales en  todas  las  televisiones,  habría
despieces en ellos con pequeñas biografías de todos los fallecidos, el Parlamento
Europeo  tomaría  cartas  en  el  asunto  y  los  gobiernos  nacionales  también,
se cambiarían normas, se establecerían leyes para que esto no volviera a pasar,
se revisaría la normativa de cruceros y hasta se modificaría  la receta  de  la  Coca-Cola  si  fuera  necesario  para  que  semejante  tragedia  no  se repitiera.
Pero como os digo, el titular es mentira. O al menos, inexacto. Efectivamente ayer
murieron  ahogadas  700  personas  en  el  Mediterráneo,  en  aguas  de  Malta,
cuando trataban de alcanzar las costas italianas. Pero no eran europeos blancos,
lustrosos y bien comidos. Eran negros y eran pobres. Y el barco no  era  un  lujoso  crucero  de  vacaciones  como  el  de  la  foto  de  arriba,  sino  una chatarra flotante sobrecargada como la de la foto de abajo.
Del  resto  de  la  noticia,  todo  es  cierto. 700  vidas  que buscaban  un  futuro en
otro  lugar  del  mundo  menos  inhóspito que  el  suyo  desaparecidas  en  un suspiro porque el barco chatarra donde las habían colocado las mafias asesinas de seres humanos volcó al irse todos a la  misma  borda  cuando  apareció  en  el horizonte  un  pesquero  portugués  que acudía en su auxilio.

En  este  blog  hablo  de viajes y  de turismo.  Hablo  de  cosas  banales,
intrascendentes  y  lúdicas  a  las  que  una  parte  privilegiada  de  la  humanidad
podemos dedicar nuestro tiempo libre. Pero hoy no me sale  hablar de turismo ni
recomendar  buenos  hoteles  ni  describir  rutas  maravillosas.  Me moriría  de
vergüenza si lo hiciera.


Hoy me sobrecoge la pena de ver como mientras unos podemos cruzar los mares
bebiendo  champán  en  camarotes  con  aire  acondicionado,  los  desheredados  del
África  subsahariana  -pobres  entre  los  pobres-  mueren  por  miles  cada
temporada ahogados  a  las  puertas  de  nuestra  casa  intentando  encontrar  una
vida más justa para ellos y para sus hijos.
Sé que la solución al problema no es fácil. Aunque combatiéramos a esas mafias
(que  no  lo  hacemos),  aparecerían  otras.  Mientras  haya  demanda  habrá  asesinos
malnacidos dispuestos a poner la oferta. También sé que la solución de África no es
que todos se vengan a Europa.
La  única  solución  para  África  es  que  los  países  ricos  se  decidan  a invertir  en
futuro para los habitantes de ese continente. Que unamos nuestros esfuerzos para
crear infraestructuras, empresas, colegios, hospitales y empleo en África. Y además
lo hagamos usando cauces no gubernamentales: el mayor enemigo de todos esos
desheredados  de  la  Tierra  no  son  la  olas  del  Mediterráneo;  son  sus  propios
gobernantes, corruptos e ineptos hasta límites insospechados que llevan décadas
viviendo a costa de sus pueblos.
Pero soy pesimista y sé que pedir esto es como  un brindis al sol. Mañana, pasado
mañana  a  más  tardar,  esos  700  “turistas”  negros  y  pobres  habrán  pasado  a  la
hemeroteca.  Ya  nadie  se  acordará  de  ellos  y  nosotros  y  nuestros  gobernantes
volveremos  a  las  pequeñas  miserias  diarias  de  nuestro  mundo  placentero  y
organizado.
Pero si quieres ayudar sin necesidad de que tu gobierno se decida a hacerlo antes
hay mucha gente anónima, muchas ONG's, muchas  asociaciones sobre el terreno
trabajando por  la  dignidad de  esos  seres  humanos.  Y puedes  ayudarles  ya,
ahora  mismo,  sin  esperar  a  que  la  Asamblea  General  de  la  ONU  se  reúna  para
mirarse el ombligo. Es decisión tuya.
¿Cuántos parias hacinados más deberán morir ahogados en un barco-chatarra a
la  vista  de  nuestras  playas  para  que  tomemos  conciencia  de  que  este  SÍ  es
nuestro problema, el de todos?
Lo  dijo  el Papa:  “Eran  hombres  y  mujeres  como  nosotros.  Buscaban  la
felicidad”
Perdonad la digresión. Pero hoy no podía hablar de turismo.

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