Nos permitimos difundir una noticia de un blog ajeno, escrito por Paco Nadal, cuyo enlace es el siguiente, pero merece la pena como reflexión y por su tono duro, para hacernos reaccionar un poco y dejar de pensar que "eso no va conmigo", porque al final, todos somos responsables de lo que sucede a nuestro alrededor...
http://blogs.elpais.com/paco-nadal/
Paco Nadal
Sería una noticia impactante, ¿verdad? Pero tranquilos: el titular es mentira. De
ser cierto correrían ríos de tinta en los periódicos durante semanas, se emitirían
horas y horas de informativos especiales en todas las televisiones, habría
despieces en ellos con pequeñas biografías de todos los fallecidos, el Parlamento
Europeo tomaría cartas en el asunto y los gobiernos nacionales también,
se cambiarían normas, se establecerían leyes para que esto no volviera a pasar,
se revisaría la normativa de cruceros y hasta se modificaría la receta de la Coca-Cola si fuera necesario para que semejante tragedia no se repitiera.
Pero como os digo, el titular es mentira. O al menos, inexacto. Efectivamente ayer
murieron ahogadas 700 personas en el Mediterráneo, en aguas de Malta,
cuando trataban de alcanzar las costas italianas. Pero no eran europeos blancos,
lustrosos y bien comidos. Eran negros y eran pobres. Y el barco no era un lujoso crucero de vacaciones como el de la foto de arriba, sino una chatarra flotante sobrecargada como la de la foto de abajo.
Del resto de la noticia, todo es cierto. 700 vidas que buscaban un futuro en
otro lugar del mundo menos inhóspito que el suyo desaparecidas en un suspiro porque el barco chatarra donde las habían colocado las mafias asesinas de seres humanos volcó al irse todos a la misma borda cuando apareció en el horizonte un pesquero portugués que acudía en su auxilio.
En este blog hablo de viajes y de turismo. Hablo de cosas banales,
intrascendentes y lúdicas a las que una parte privilegiada de la humanidad
podemos dedicar nuestro tiempo libre. Pero hoy no me sale hablar de turismo ni
recomendar buenos hoteles ni describir rutas maravillosas. Me moriría de
vergüenza si lo hiciera.
Hoy me sobrecoge la pena de ver como mientras unos podemos cruzar los mares
bebiendo champán en camarotes con aire acondicionado, los desheredados del
África subsahariana -pobres entre los pobres- mueren por miles cada
temporada ahogados a las puertas de nuestra casa intentando encontrar una
vida más justa para ellos y para sus hijos.
Sé que la solución al problema no es fácil. Aunque combatiéramos a esas mafias
(que no lo hacemos), aparecerían otras. Mientras haya demanda habrá asesinos
malnacidos dispuestos a poner la oferta. También sé que la solución de África no es
que todos se vengan a Europa.
La única solución para África es que los países ricos se decidan a invertir en
futuro para los habitantes de ese continente. Que unamos nuestros esfuerzos para
crear infraestructuras, empresas, colegios, hospitales y empleo en África. Y además
lo hagamos usando cauces no gubernamentales: el mayor enemigo de todos esos
desheredados de la Tierra no son la olas del Mediterráneo; son sus propios
gobernantes, corruptos e ineptos hasta límites insospechados que llevan décadas
viviendo a costa de sus pueblos.
Pero soy pesimista y sé que pedir esto es como un brindis al sol. Mañana, pasado
mañana a más tardar, esos 700 “turistas” negros y pobres habrán pasado a la
hemeroteca. Ya nadie se acordará de ellos y nosotros y nuestros gobernantes
volveremos a las pequeñas miserias diarias de nuestro mundo placentero y
organizado.
Pero si quieres ayudar sin necesidad de que tu gobierno se decida a hacerlo antes
hay mucha gente anónima, muchas ONG's, muchas asociaciones sobre el terreno
trabajando por la dignidad de esos seres humanos. Y puedes ayudarles ya,
ahora mismo, sin esperar a que la Asamblea General de la ONU se reúna para
mirarse el ombligo. Es decisión tuya.
¿Cuántos parias hacinados más deberán morir ahogados en un barco-chatarra a
la vista de nuestras playas para que tomemos conciencia de que este SÍ es
nuestro problema, el de todos?
Lo dijo el Papa: “Eran hombres y mujeres como nosotros. Buscaban la
felicidad”
Perdonad la digresión. Pero hoy no podía hablar de turismo.
http://blogs.elpais.com/paco-nadal/
Paco Nadal
Sería una noticia impactante, ¿verdad? Pero tranquilos: el titular es mentira. De
ser cierto correrían ríos de tinta en los periódicos durante semanas, se emitirían
horas y horas de informativos especiales en todas las televisiones, habría
despieces en ellos con pequeñas biografías de todos los fallecidos, el Parlamento
Europeo tomaría cartas en el asunto y los gobiernos nacionales también,
se cambiarían normas, se establecerían leyes para que esto no volviera a pasar,
se revisaría la normativa de cruceros y hasta se modificaría la receta de la Coca-Cola si fuera necesario para que semejante tragedia no se repitiera.
Pero como os digo, el titular es mentira. O al menos, inexacto. Efectivamente ayer
murieron ahogadas 700 personas en el Mediterráneo, en aguas de Malta,
cuando trataban de alcanzar las costas italianas. Pero no eran europeos blancos,
lustrosos y bien comidos. Eran negros y eran pobres. Y el barco no era un lujoso crucero de vacaciones como el de la foto de arriba, sino una chatarra flotante sobrecargada como la de la foto de abajo.
Del resto de la noticia, todo es cierto. 700 vidas que buscaban un futuro en
otro lugar del mundo menos inhóspito que el suyo desaparecidas en un suspiro porque el barco chatarra donde las habían colocado las mafias asesinas de seres humanos volcó al irse todos a la misma borda cuando apareció en el horizonte un pesquero portugués que acudía en su auxilio.
En este blog hablo de viajes y de turismo. Hablo de cosas banales,
intrascendentes y lúdicas a las que una parte privilegiada de la humanidad
podemos dedicar nuestro tiempo libre. Pero hoy no me sale hablar de turismo ni
recomendar buenos hoteles ni describir rutas maravillosas. Me moriría de
vergüenza si lo hiciera.
Hoy me sobrecoge la pena de ver como mientras unos podemos cruzar los mares
bebiendo champán en camarotes con aire acondicionado, los desheredados del
África subsahariana -pobres entre los pobres- mueren por miles cada
temporada ahogados a las puertas de nuestra casa intentando encontrar una
vida más justa para ellos y para sus hijos.
Sé que la solución al problema no es fácil. Aunque combatiéramos a esas mafias
(que no lo hacemos), aparecerían otras. Mientras haya demanda habrá asesinos
malnacidos dispuestos a poner la oferta. También sé que la solución de África no es
que todos se vengan a Europa.
La única solución para África es que los países ricos se decidan a invertir en
futuro para los habitantes de ese continente. Que unamos nuestros esfuerzos para
crear infraestructuras, empresas, colegios, hospitales y empleo en África. Y además
lo hagamos usando cauces no gubernamentales: el mayor enemigo de todos esos
desheredados de la Tierra no son la olas del Mediterráneo; son sus propios
gobernantes, corruptos e ineptos hasta límites insospechados que llevan décadas
viviendo a costa de sus pueblos.
Pero soy pesimista y sé que pedir esto es como un brindis al sol. Mañana, pasado
mañana a más tardar, esos 700 “turistas” negros y pobres habrán pasado a la
hemeroteca. Ya nadie se acordará de ellos y nosotros y nuestros gobernantes
volveremos a las pequeñas miserias diarias de nuestro mundo placentero y
organizado.
Pero si quieres ayudar sin necesidad de que tu gobierno se decida a hacerlo antes
hay mucha gente anónima, muchas ONG's, muchas asociaciones sobre el terreno
trabajando por la dignidad de esos seres humanos. Y puedes ayudarles ya,
ahora mismo, sin esperar a que la Asamblea General de la ONU se reúna para
mirarse el ombligo. Es decisión tuya.
¿Cuántos parias hacinados más deberán morir ahogados en un barco-chatarra a
la vista de nuestras playas para que tomemos conciencia de que este SÍ es
nuestro problema, el de todos?
Lo dijo el Papa: “Eran hombres y mujeres como nosotros. Buscaban la
felicidad”
Perdonad la digresión. Pero hoy no podía hablar de turismo.
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