lunes, 26 de noviembre de 2012

PRIMEROS VOTOS DE THÉRÈSE Y ERNESTINE


« COMO  PAGAR  AL   SEÑOR   TODO  EL 
BIEN  QUE  NOS  HA  HECHO !!! »



El 19 de agosto del 2012 fue un día lleno de alegría, un día de acción de gracias al Señor para nosotras, Thérèse y Ernestine, para la Región del Congo y  la Compañía entera. Porque es el día que expresamos de manera pública nuestra Consagración al Señor en la casa del noviciado de Kinshasa. Alegría por sentirnos acompañadas por todas las hermanas nuestras familias, amigos y conocidos.

¡¡¡Como pagar al Señor todo el bien que nos ha hecho!!! (Ps 115) Esta fue la frase que hemos escogido como referencia en esta fiesta, porque  reconocemos que todo lo hemos recibido de El: nuestras familias que nos han ayudado a crecer humana y espiritualmente, la vocación, las hermanas que nos han acompañado en nuestro caminar, la Compañía, unos regalos tan grandes que nunca podremos pagar al Señor.


Queremos agradecer las oraciones de todas las hermanas de la Compañía que nos habéis apoyado y manifestado vuestro cariño de distintas formas.
Al padre Baudouin que celebro la Eucaristía y en la homilía nos explico de manera muy clara el sentido de los votos y la importancia de reflejarlos en la vida diaria. La vida religiosa es muy bonita, nos dijo, pero a la vez exigente y debemos tomar conciencia de que la vida está hecha de momentos de alegría y de dificultad, lo que no deben ser ningún obstáculo ni ocasión de desánimo sino más bien una oportunidad para aprender la manera de vivir como discípulas de Jesús, procurando tener sus sentimientos y actitudes, vivir unidas a el para poder vencer los obstáculos de la vida.

Al final de la ceremonia, tuvimos una fiesta en un ambiente familiar, sintiéndonos muy contentas de ser acogidas en la gran familia de la Compañía Misionera. Por esto agradecemos a todas las hermanas que nos han apoyado y en particular a las de la Región del Congo - Tchad que nos han hecho crecer en nuestro camino vocacional.

Thérèse y Ernestine nos comparten también la experiencia de misión que hicieron en la comunidad de Matshi  justo antes de hacer los primeros votos.

Después de varios años de formación en Kinshasa estábamos muy contentas de poder ir a la misión. Adeline nos había preparado antes explicándonos los objetivos de esta etapa y nos decía que esta experiencia era para nosotras una iniciación a la vida de la Compañía y que el mismo Jesús lo había instaurado en su comunidad para instruir a sus discípulos.
Viajamos con Carolin, nuestra Regional, cuando iba a visitar a las comunidades de Banga y de Matshi.
Salimos de Kinshasa hasta Banga, por ser  tiempo de lluvia y las carreteras muy malas, tuvimos que pasar una noche en el camino lo que suele ser muy habitual. La gente nos esperaba con alegría y nos impresionó la acogida que nos hicieron trayéndonos comida y ayudándonos en todo, incluso a limpiar la casa. Estos gestos  nos hizo valorar y admirar el cariño y las buenas relaciones que las hermanas tienen con la gente con quien conviven desde hace tantos años.
Pasamos dos semanas en Banga y luego nos dirigimos hacia Matshi, allí estaban Nathalie, Suzanne y Denise esperándonos. Tanto las hermanas como la gente se desvivieron para acogernos,  el domingo después de la Eucaristía nos presentaron a la comunidad cristiana.
Nathalie  nos orientó durante los días que pasamos en la misión,  Thérèse colaboraba apoyando las clases de costura para las chicas en el Centro social. A Ernestine le confiaron algunas actividades en la escuela secundaria y el parvulario. Cada tarde acompañábamos a alguna de las hermanas a visitar a la gente en sus casas. Allí hemos descubierto la cercanía, la sencillez en las relaciones, la capacidad de entrega de nuestras hermanas sobre todo hacia los más necesitados.
Nos hemos sentido en casa con las hermanas, como miembros de una misma familia, hemos podido captar la alegría y buen humor en sus relaciones y agradecemos el haber podido tener la oportunidad de vivir esta experiencia con ellas. Ha sido una ocasión para descubrir el paso de Dios en nuestras vidas de una manera diferente y de vivir en la practica lo que hemos ido aprendiendo estos años de formación, por esto damos gracias a Dios y a nuestras hermanas de la comunidad de Matshi que lo han favorecido.

Thérèse Ngalete y Ernestine Ayala.

No hay comentarios:

Publicar un comentario