Un nuevo gesto del Papa Francisco, sorprende
al mundo
El Papa argentino, ofreció una silla a un guardia suizo que había estado de pie toda la noche y no conforme con ello, regresó hasta su estancia y le trajo un trozo de pan y jamón para que comiese. Este gesto vuelve a sorprender no solo al mundo cristiano.
El Papa argentino, ofreció una silla a un guardia suizo que había estado de pie toda la noche y no conforme con ello, regresó hasta su estancia y le trajo un trozo de pan y jamón para que comiese. Este gesto vuelve a sorprender no solo al mundo cristiano.
Francisco
tuvo ese gesto con un guardia encargado de su seguridad.
Recientemente cuando el Papa salía de su departamento en Santa Marta, se encontró con un Guardia Suizo fuera de su Puerta. El Papa, le pregunto qué hacia ahí, y que si había estado despierto toda la noche.
- “Si” contesto respetuosamente el guardia.
- ¿De pie? pregunto el Papa. ¿No se ha cansado?
- ” Es mi deber Su Santidad, por su seguridad”.
El Papa, lo miro amablemente, regreso a su departamento, y transcurridos algunos minutos regreso nuevamente trayendo entre su manos una silla.
- Al menos siéntese y descanse – dijo S.S.
Muy sorprendido el guardia le respondió:
- ” Discúlpeme S.S., pero no puedo, las reglas no lo permiten”.
- ” ¿Las reglas dijo Francisco?”.
- ” Mi capitán Su Santidad “, respondió el Guardia.
- “Bueno, pero yo soy el Papa y le pido que se siente”.
Un poco más tarde, el Papa regresó con un poco de pan y jamón, lo entrego al guardia y le dijo:
- ” Bon apettit hermano mío “
Recientemente cuando el Papa salía de su departamento en Santa Marta, se encontró con un Guardia Suizo fuera de su Puerta. El Papa, le pregunto qué hacia ahí, y que si había estado despierto toda la noche.
- “Si” contesto respetuosamente el guardia.
- ¿De pie? pregunto el Papa. ¿No se ha cansado?
- ” Es mi deber Su Santidad, por su seguridad”.
El Papa, lo miro amablemente, regreso a su departamento, y transcurridos algunos minutos regreso nuevamente trayendo entre su manos una silla.
- Al menos siéntese y descanse – dijo S.S.
Muy sorprendido el guardia le respondió:
- ” Discúlpeme S.S., pero no puedo, las reglas no lo permiten”.
- ” ¿Las reglas dijo Francisco?”.
- ” Mi capitán Su Santidad “, respondió el Guardia.
- “Bueno, pero yo soy el Papa y le pido que se siente”.
Un poco más tarde, el Papa regresó con un poco de pan y jamón, lo entrego al guardia y le dijo:
- ” Bon apettit hermano mío “
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