“Lo difícil no es amar a Dios, sino dejarse amar por Él”
Francisco: "El Señor conoce la bella ciencia de las caricias"
"El amor se manifiesta más en las obras que en las palabras"
Francisco besa a un bebé
¡Cercanía y ternura! Estas dos maneras del amor del Señor que se hace cercano y nos da todo su amor incluso con las cosas más pequeñas: con la ternura
"Dejarnos amar por el Señor con ternura es difícil pero es lo que debemos pedir a Dios": es la invitación del Papa Francisco en laMisa de esta mañana en Santa Marta, hablando de la solemnidad de hoy del Sagrado Corazón de Jesús. Estaba presente el personal del Archivo Secreto Vaticano: ha concelebrado el archivista de la Santa Iglesia Romana, mons. Jean-Louis Bruguès, y el prefecto, mons, Sergio Pagano.
Jesús nos ha amado mucho, no sólo con las palabras sino con las obras y con su vida. El Papa Francisco lo repitió varias veces en la homilía de esta mañana, en la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, que él mismo define como "la fiesta del amor", de un "corazón que ha amado mucho". Un amor que, como repetía San Ignacio, "se manifiesta más en las obras que en las palabras" y que es, sobre todo, "más dar que recibir". "estos dos criterios -evidencia el Papa- son como los pilares del amor verdadero", y es el Buen Pastor el que representa en todo el amor de Dios. Él conoce a sus ovejas una por una, "porque -añade el Papa Francisco- el amor no es un amor abstracto o general: es el amor hacia cada uno".
Jesús nos ha amado mucho, no sólo con las palabras sino con las obras y con su vida. El Papa Francisco lo repitió varias veces en la homilía de esta mañana, en la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, que él mismo define como "la fiesta del amor", de un "corazón que ha amado mucho". Un amor que, como repetía San Ignacio, "se manifiesta más en las obras que en las palabras" y que es, sobre todo, "más dar que recibir". "estos dos criterios -evidencia el Papa- son como los pilares del amor verdadero", y es el Buen Pastor el que representa en todo el amor de Dios. Él conoce a sus ovejas una por una, "porque -añade el Papa Francisco- el amor no es un amor abstracto o general: es el amor hacia cada uno".
"Un Dios que se hace cercano por amor, camina con su pueblo y este caminar llega a un punto que es inimaginable. Es impensable que el mismo Señor se haga uno de nosotros y camine con nosotros, permanezca con nosotros, permanezca en su Iglesia, permanezca en la Eucaristía, permanezca en su Palabra, permanezca en los pobres, permanezca con nosotros caminando. Y esta es la cercanía: el Pastor cercano a su rebaño, cercano a sus ovejas, que conoce una a una".
Explicando de nuevo un pasaje del Libro del profeta Ezequiel, el Papa explica otro aspecto del amor de Dios: la atención por la oveja perdida y por la herida y enferma.
¡Ternura! El Señor nos ama con ternura. El Señor conoce esta bella ciencia de las caricias, esta ternura de Dios. No nos ama con las palabras. El se acerca -cercanía- y nos da ese amor con ternura. ¡Cercanía y ternura! Estas dos maneras del amor del Señor que se hace cercano y nos da todo su amor incluso con las cosas más pequeñas: con la ternura. Y este es un amor fuerte, porque la cercanía y la ternura nos hacen ver la fortaleza del amor de Dios".
¡Ternura! El Señor nos ama con ternura. El Señor conoce esta bella ciencia de las caricias, esta ternura de Dios. No nos ama con las palabras. El se acerca -cercanía- y nos da ese amor con ternura. ¡Cercanía y ternura! Estas dos maneras del amor del Señor que se hace cercano y nos da todo su amor incluso con las cosas más pequeñas: con la ternura. Y este es un amor fuerte, porque la cercanía y la ternura nos hacen ver la fortaleza del amor de Dios".
"Pero ¿amad como yo os he amado?" esta es la pregunta que el Papa Francisco realiza, destacando que el amor "debe hacerse cercano al prójimo", que debe ser "como el del buen samaritano" y en particular en el signo "de la cercanía y de la ternura". ¿Pero cómo restituir este amor al Señor? Este es otro punto sobre el que el Pontífice se detuvo: sin duda: "amándolo", haciéndose "cercano a Él", tiernos con Él: pero esto no basta.
"Esto puede parecer una herejía, pero ¡es la verdad más grande! Más difícil que amar a Dios es ¡dejarse amar por Él! La manera de devolver tanto amor es abrir el corazón y dejarse amar. Dejar que Él se acerque a nosotros y sentirlo a nuestro lado. Dejar que él se haga tierno con nosotros, nos acaricie. Esto es lo más difícil: dejarnos amar por Él. Esto es lo que debemos pedir hoy en la Misa: ‘Señor, yo quiero amarte, pero enséñame la difícil ciencia, la difícil costumbre de dejarme amar por Ti, de sentirte cercano y tierno'. ¡Qué el Señor nos dé esta gracia!". (RD/Agencias)
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