domingo, 28 de diciembre de 2014

INMACULADA NOS CUENTA SU EXPERIENCIA EN LA MISIÓN DE HAITÍ

EXPERIENCIA EN   LA  MISIÓN  DE  HAITÍ
Hermana Inmaculada Díaz en la misión de Bombardópolis (Haití). 

Queridos lectores y lectoras de esta página:

Hace unas semanas que he regresado de Haití donde he pasado tres años en la misión que la Compañía Misionera tiene en ese país.

La misión está en una zona rural, no tan árida como otras del país, llueve de vez en cuando y se mantiene la vegetación, últimamente se está haciendo mucho esfuerzo para que no se talen los árboles, que tradicionalmente se utilizan para la elaboración de carbón. Este carbón vendido en la capital es una de las fuentes de ingreso para las familias de esta zona , eso conlleva la pérdida de grandes espacios  de bosque , pero es el único modo de hacer un poco de plata para las necesidades familiares pues no hay apenas fuentes de trabajo.
Las jóvenes mostrando sus preciosos bordados.

La Compañía Misionera,  está unida a la parroquia y colabora con varias actividades, entre las cuales se destacan los talleres de bordados, de señoras y de jóvenes, estos han adquirido un buen nivel de calidad y elaboran productos que venden , por ejemplo bolsos, cojines, secadores de cocina y agarradores, manteles, carteras, y también ornamentos para los sacerdotes,  como  albas, estolas y casullas,  casi todos los sacerdotes de la Diócesis hacen sus ornamentos en este taller de la misión.

Hermana María Luisa Picón, enseñando bordados a las mujeres de Bombardópolis.

Otra actividad son las visitas que se hacen a personas ancianas y enfermas tanto en el pueblo propiamente dicho como  en los pueblos de alrededor, cada hermana tenemos una zona que visitamos semanalmente, esto nas pone en contacto con una gran cantidad de la población, estos recorridos se hacen a pie, suelen ser de una hora o un poco más de duración para ir y otro tanto para regresar.

Muy interesante es la actividad que se hace conjuntamente con los pastores de la Iglesia Adventista, la construcción de depósitos de agua familiares, conseguir el agua es una tarea costosa pues tienen que ir a los pozos públicos que hay, desde hace unos años, con donativos que llegan de un lado y otro, tanto a los adventistas como a nosotras, se ha comenzado a construir unos depósitos que recogen al agua de la lluvia de las casas, es una cosa muy práctica y beneficiosa  y una bendición la buena colaboración que tenemos con los hermanos adventistas que se encargan de la construcción, con un equipo de albañiles del pueblo muy bien preparados.
Hermana Inmaculada con el grupo de hombres que construyen un pozo para el agua.
Habría mucho para contar, pero de momento es suficiente, para mi ha sido una experiencia de buen entendimiento con el pueblo haitiano, ( después de aprender el kreol, que es el idioma del país),de crear vínculos de amistad, en fin que me he venido con el pueblo y la misión de Haiti en el corazón.


Inmaculada Díaz

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