miércoles, 1 de abril de 2015

JUEVES SANTO: JESÚS LAVA LOS PIES A SUS DISCÍPULOS





Merece la pena contemplar un poco esta imagen, acercarnos al gesto escandaloso de Jesús hacia sus discípulos en el día de Jueves Santo. Solo un esclavo o una mujer podía lavar los pies; el esclavo por obligación (a su amo), la mujer por amor (a sus hijos o esposo). Jesús se hace esclavo para elevar la dignidad del esclavo, de todos los hombres y mujeres, ponerlos a su mismo nivel.

Pedro no soporta el gesto, no puede aceptar la cruz, y se muestra su mano que la rechaza, pero con la otra abraza a Jesús. Pedro no comprende; ya comprenderá. Es necesario que el maestro muera para que comprenda y aprenda.

El rostro de Jesús aparece en el agua sucia, símbolo de nuestro pecado, nuestra agua sucia. Ahí encontramos a Jesús, como en el pozo de la samaritana, en nuestra propia agua. Nos espera. Quiere compartir nuestro dolor ahí y liberarnos ahí. Ese es nuestro Dios.

Jesús, enroscado sobre sí mismo, ya no puede abajarse más, y el gesto es un abrazo, es ternura, es amor hasta el extremo. Se ha despojado del manto, de su vida, para tomar la toalla del esclavo, que ya no dejará, porque no dejará de servir. Esa es su donación hasta el extremo: da su vida sirviendo.

Y a nosotr@s, discípul@s suy@s, que decimos que le queremos seguir, nos pide eso mismo: amar hasta el extremo, perder la vida, dejar nuestro manto y darla en servicio de otr@s.


¡¡FELÍZ DÍA DEL AMOR FRATERNO!!

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