Destaco varias cosas del encuentro, la presencia del obispo de Madrid, D. Carlos Osoro que nos acompañó en la inauguración del encuentro, la visita al Cottolengo del P. Alegre, el testimonio de la hna. paciencia, que sobrevivió al virus del ébola y nos ha dado un testimonio profundo y conmovedor de "¿dónde está tu hermano?" y los testimonios de diferentes jóvenes que han estado en distintos lugares de América y África participando de experiencias misioneras de corta duración.
Primer día, con el concierto de Nico Montero, que os recomiendo que escuchéis muy especialmente si aún no lo conocéis. |
El primer día terminó con broche de oro, gracias al entusiasmo, la profundidad y la experiencia de fe de Nico Montero, cantautor español.
Al día siguiente, tras la presentación de Don Carlos Osoro, Javier Alonso y Pepe Cabanach nos entretuvieron contándonos sus aventuras por diferentes lugares de misión donde han estado por todo el mundo, lo hicieron con mucha chispa aunque, para ser sinceros, bastante alejados de lo que es el perfil de l@s misioner@s. Nos hicieron pasar un rato entretenido.
Con un grupo de jóvenes que participaron del encuentro |
Hna. Paciencia con algunos de los participantes del encuentro. |
Y el broche de oro lo puso la hna. Paciencia Melgar narrándonos su experiencia con la enfermedad del ébola. Destacó su manera de relatar los hechos, sin juicio, sin crítica, solo describió lo que vivió, cómo caminó junto a la muerte, el sufrimiento y el dolor, la pérdida de algunas de sus hermanas de congregación y de los hermanos de San Juan de Dios, experimentar el abandono por parte de la propia gente y de nuestros propios países europeos y su respuesta, desde Dios, en todo aquello que vivió y también cuando, tras haberla dejado en Liberia enferma de ébola por no tener la nacionalidad española, acepta venir a España cuando, ya sana, se la reclamó para donar su plasma y ayudar a que otros se sanen.
En el Cottolengo, durante la ronda de preguntas a la hna. Claudia. |
Nos hizo ver que no hay razas ni color, que todos somos hermanos y hermanas, no hay continentes, no hay separaciones y nuestro hermano y nuestra hermana es el que tenemos a nuestro lado y sufre. Aprendamos de esta mujer y pongamos nuestro granito de arena allá donde nos encontremos, sintiéndonos responsables de nuestros hermanos y hermanas, sin ver ni su raza ni el color de su piel.
Algunos de los jóvenes durante una de las exposiciones del encuentro. |
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