El Papa besa a un 
bebé
Francisco reivindica el camino del amor frente al egoísmo en la misa de Santa Marta
"El que da su vida por amor, nunca está solo"
"El egoísta cuida su vida y crece en este egoísmo hasta volverse un traidor, pero siempre solo"
El que da su vida por amor, nunca está solo: siempre está en la comunidad, está en familia". El Papa Francisco reivindicó este martes en la misa de Casa de Santa Marta. la importancia de vivir la vida "como un don", en lugar de promover la actitud de egoísmo, que como sucedió con Judas, lo lleva al aislamiento de su propia conciencia, y, finalmente, atraicionar a Jesús.
Si de verdad queremos seguir a Jesús, debemos 
"vivir la vida como un don" para darla a los demás, "no como un tesoro que se 
debe conservar", hizo hincapié el Papa, que en su homilía, reflexionó sobre la contraposición entre el camino del amor y el 
del egoísmo. Evocando la palabra fuerte que Jesús nos dice: "Nadie tiene un 
amor más grande que éste: dar su vida.", el Santo Padre destacó que la liturgia 
de hoy, nos muestra también a otra persona: Judas", que tenía precisamente la 
actitud contraria." Y ello - explicó el Papa Francisco - porque Judas "nunca comprendió lo que es un 
don":
"Pensemos en aquel momento de la Magdalena, cuando le lava los pies a Jesús con el nardo, tan caro: es un momento religioso, un momento de gratitud, un momento de amor. Y él, Judas, se distancia y critica con amargura: "¡Pero ... esto podría ser utilizado para los pobres!". Ésta es la primera referencia, que yo he encontrado, en el Evangelio sobre la pobreza como ideología. El ideólogo no sabe qué es el amor, porque no sabe donarse".
Judas 
estaba "aislado en su soledad", y esta actitud suya de egoísmo fue creciendo 
"hasta traicionar a Jesús.", añadió el Papa Francisco, destacando luego que el 
que ama "da su vida como don"; mientras que el 
egoísta "cuida su vida y crece en este egoísmo hasta volverse un traidor, pero 
siempre solo." Sin embargo, el que "da su vida por amor, nunca está solo: 
siempre está en la comunidad, está en familia." Además, el que "aísla su 
conciencia en el egoísmo," acaba "perdiéndola", reiteró el Santo Padre, poniendo 
de relieve que así acabó Judas, que "era un idólatra, apegado al dinero":
"Y Juan lo dice: "era un ladrón". Y esta 
idolatría lo llevó a aislarse de la comunidad de los demás: éste es el drama de 
la conciencia aislada. Cuando un cristiano comienza a aislarse, también aísla su 
conciencia del sentido comunitario, del sentido de Iglesia, de aquel amor que 
Jesús nos da. En cambio, el cristiano que da su vida, que la pierde, como dice 
Jesús, la encuentra, en su plenitud. Y el que, como Judas, la quiere conservar 
para sí mismo, al final la pierde. Juan nos dice que "en ese momento, Satanás 
entró en el corazón de Judas". Y, debemos decirlo: Satanás 
es un mal pagador. Siempre nos estafa ¡siempre!"
Pero Jesús ama siempre y siempre se dona. Y 
este don suyo de amor nos impulsa a amar "para dar fruto. Y fruto que 
permanece", dijo el Papa Francisco, concluyendo su homilía exhortando a invocar 
al Espíritu Santo:
"En estos días de espera de la fiesta del Espíritu Santo, pidamos: ¡Ven, Espíritu Santo, ven y dame un corazón abierto, un corazón que sean capaz de amar con humildad y con mansedumbre, pero siempre un corazón abierto que sea capaz de amar. Pidámosle esta gracia al Espíritu Santo. Y que nos libre siempre del otro camino, del camino del egoísmo, que termina siempre mal ¡pidámosle esta gracia!".
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