Tenemos hoy presente a todos los trabajadores,
especialmente a los que realizan trabajos humildes, monótonos, pequeños... con
lo hacía José, cuyo trabajo era oración continua cuajada de obras.
Pero muy
especialmente, recordamos hoy a todos aquellos que no tienen trabajo, a los
parados, los explotados, los desesperados por no encontrar un espacio para
llevar a sus familias un salario con el que poder sustentar su alimentación,
educación, salud...
José fue un
hombre sencillo, con un trabajo y vida sencilla. Fue el carpintero que Dios
escogió para que su Hijo fuese "artesano de la vida".
Los artesanos
son personas creativas, capaces de sacar de la nada bellas creaciones. De un
árbol talado sacan mesas, sillas, muebles, camas, marcos...
Un verdadero
artesano es aquel que hace de su vida una bella creación, aquel que pule las
astillas del madero, el que encola piezas para unir el conjunto armonioso, el
que mide cuidadosamente los centímetros que necesita unificar para que todas las
piezas cuadren, el que da brillo a la obra maestra acabada queriendo resaltar su
hermosura.
Jesús, el
"artesano de la vida", hoy nos hace una invitación especial para ser fuertes,
esperanzados, confiados, portadores de paz...
Le pedimos
por tantos y tantos hombres y mujeres que no tienen trabajo, por las soluciones
políticas de los países en crisis. Que el artesano de la vida nos talle un
corazón solidario a aquellos que tenemos la suerte de trabajar cada día dando lo
mejor de nosotros mismos.
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