MENSAJE CON MOTIVO DEL DÍA DE LA
MADRE
“He concebido un hijo con el favor de Dios”
(cf. Gn 4,1)
La celebración del Día de la Madre nos permite
meditar en la grandeza de aquella mujer, cuya entrega y amor por sus hijos la
han convertido en ícono de ternura, fidelidad, desprendimiento, generosidad y
heroísmo.
La maternidad es una maravillosa realidad que
encierra el misterio de la vida hecha a imagen y semejanza de Dios, pues en el
seno de una Madre se unen cuerpo y alma para una eternidad, se forma un nuevo
ser con un corazón creado para amar, con una libertad capaz de elegir y con una
inteligencia hecha para guiar los destinos de la humanidad.
El homenaje que ofrecemos a la mujer-madre nos
invita a valorar el rol de la madre en la familia. Ella es muchas veces el único
pilar que asume inclusive el rol de padre y que por diversas circunstancias de
la vida se encuentra sola. Acompaño la soledad de las madres olvidadas por los
hijos, la de las viudas y los sufrimientos de las que luchan solas para
sobrevivir.
Ruego a todos volver el rostro hacia las
madres que son víctimas de injusticias o de explotación y que sufren por haber
sido heridas en su dignidad humana o materna. Les invito a reconocer en ellas:
en el rostro de la madre campesina, en la lucha de la madre soltera o en la
valentía de la madre anciana, que sigue como María a los pies del Hijo en la
cruz, las verdaderas constructoras del Perú que amamos.
Saludo de modo
particular a todas aquellas mujeres que han aceptado y valorado el don de la
maternidad reconociendo que la vida que llevan en sus entrañas no les pertenece
a ellas sino les pertenece a Dios y solo Él puede decidir sobre la continuidad
de su existencia.
No olvidemos, en este día, que la mujer es
Madre, porque encontró en su esposo al compañero ideal de su vida, con cuya
presencia se consolida el hogar. Por eso, invito a los esposos a mantenerse en
el amor y a construir la fidelidad, en la abnegación y la alegría de vivir
juntos.
Bajo el manto maternal de María, la Madre de
Jesús y de la Iglesia, invito a todos a elevar nuestras oraciones por las madres
que están a nuestro lado y que nos alegran con su presencia amorosa, como
también por las que ya gozan de la misericordia de Dios en el cielo y que siguen
acompañándonos con su presencia invisible pero real.
Que María, Madre del Hijo de Dios y Madre
nuestra, nos permita experimentar su amor, su auxilio y su bondad.
¡UN FELIZ DÍA DE LA MADRE, A TODAS LAS MADRES
DEL PERU!
Lima, 10 de mayo de 2013
+ Salvador Piñeiro García
Calderón
Arzobispo Metropolitano de Ayacucho
Presidente de la Conferencia Episcopal
Peruana
es un texto lindo, me gusta la foto porque nos indica todo lo que significa la maternidad.
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