jueves, 18 de junio de 2015

SAN LORENZO, SEGUIMOS CON SU HISTORIA. 2ª PARTE...

No hay mejor regalo que ver el agradecimiento de un pueblo, su reconocimiento por la presencia en estos 50 años.
En esta segunda parte empezamos con una foto y continuamos recorriendo la historia... 
¡¡Gracias por su agradecimiento!!



¡¡Y si siguen leyendo podrán encontrar algunas fotos "históricas"!!

SANIDAD

En cuanto al tema de salud, la Compañía Misionera, desde el principio ha podido ofrecer y de hecho lo ha ofrecido, un servicio de calidad, por contar con Hnas. bien preparadas, con clara vocación y con gran capacidad de entrega. Han sido muchas las que han trabajado en San Lorenzo.
 
Hna. Sagrario recorría los ríos atendiendo enfermos en su bote "Sta. Gema"

A partir del año 1966 se abrió un dispensario parroquial bien implementado, con nombramiento de parte del Gobierno y dependiendo del Área de Salud de Iquitos. Se atendía con venta de medicinas, atención de enfermos, curas, extracciones dentales, etc. Y se hacían también visitas domiciliarias. Cada día aumentaba el número de pacientes, y al comenzar a llegar enfermos de caseríos lejanos, se vio la necesidad de preparar un lugar para acogerlos. La Parroquia construyó un local cercano al río y al dispensario.

Algunas de las hnas. que han vivido en San Lorenzo.
En 1967 se comenzaron a visitar las comunidades de los ríos de forma esporádica, realizando a la vez trabajo de evangelización.

En este mismo año apareció una fuerte epidemia de sarampión. En el dispensario trabajaban tres Hnas.  y no podían atender a tantos enfermos como iban llegando. Hubo necesidad de pedir ayuda. Hna. Sagrario Sanz viajó desde Lima donde se encontraba descansando del trabajo y tensión del año anterior en Santa María de Nieva donde habían sufrido el azote de la misma epidemia con el fallecimiento de varias personas, entre ellas 5 internos.
 
Reconocimiento a las hermanas por la labor realizada en diversos ámbitos vitales para el desarrollo del municipio.
 Al llegar y ver  que la situación era muy seria, preparó todo lo necesario para viajar al río Cahuapanas y hacer todo lo que pudiera. Al llegar a Barranquita se encontró con el sanitario y una gran cantidad de enfermos.  Le dejó  medicinas  y siguió surcando el río Y comprobó que la población en su mayoría, había huido al monte por temor al contagio y los enfermos estaban abandonados. Recogieron los enfermos que encontraron y los trasladaron a Barranquita para ser atendidos. Después fueron llegando más enfermos en un estado lamentable. A pesar del empeño en salvarles la vida, fallecieron 10 personas.

En San Lorenzo, apenas hubo fallecidos, uno o dos de fuera que llegaron ya en estado grave.
 
Reconocimiento de la Red de Salud de Datem del Marañón hacia la labor realizada por las hermanas en el campo de salud.
Al año siguiente, el sarampión llegó a la zona del Rimachi, en el territorio de los, Candoshi, donde nunca nos habían recibido, pero allá nos fuimos, y en esta ocasión nos aceptaron con agrado pues el sarampión había hecho estragos en la población. Al terminarse las medicinas y despedirnos nos pedían que volviéramos. A partir de entonces comenzó una buena amistad.

En aquellos años, el  MINSA sólo tenía cuatro Postas, ubicadas en zona mestiza por lo que fue muy valioso el apoyo que nos brindó la guarnición militar de Barranca para poder hacer llegar las medicinas, desplazarnos a distintos lugares, evacuar enfermos etc.

Al ir conociendo mejor la situación de la zona, íbamos descubriendo más necesidades y, con el apoyo del Vicariato de Yurimaguas adquirimos una lanchita, donada por “Misereor”. Era un dispensario móvil, con el cual pudimos atender mejor a nuestros hermanos por espacio de 17 años. El Ministerio pagaba el sueldo de la enfermera y dos motoristas. En los años sucesivos se siguió usando el servicio lanchas: la “ Santa Gema” y la “Unión
 
sagrario en la lancha "Sta Gema"
Desde 1974, viendo que las visitas esporádicas que hacíamos a las comunidades, no eran suficientes para atender debidamente a la población y  también a petición de ellos, se organizaron botiquines comunales y cada comunidad eligió un responsable para ser capacitado en el manejo de las medicinas. Esta iniciativa, al principio fue vista con cierta desconfianza, pero ante la realidad de un resultado positivo fue asumida y hoy día  sigue siendo una de las estrategias del Ministerio. Se llegaron a formar hasta 140 botiquines comunales y la formación de los promotores se fue haciendo por ciclos alcanzando un nivel técnico muy bueno. Contábamos con el apoyo de la Universidad de Cayetano Heredia con sus internos y sus profesores.
 
Sagrario era incansable a la hora de recorrer los ríos para atender a la gente. Aquí la vemos reponiendo fuerzas.
En 1981 se construye el actual hospital con unas 10 camas, que poco a poco se ha ido ampliando. En 1986 llegan las primeras enfermeras permanentes y se puede organizar mejor el trabajo y dar mayor fuerza al tema de las inmunizaciones con el resultado de bajar enormemente la mortalidad de niños y adultos. En 1987 se vio la necesidad de extender los servicios de salud a la periferia y, para ello, formar técnicos sanitarios.  En el primer curso se formaron 18, la mayoría indígenas y al segundo, que se inicia en 1990, se incorporaron muchos promotores de salud. Pensamos que es la mejor  garantía para dar continuidad a los servicios de salud en el centro y los puestos de salud de la zona.

Al ir creciendo el trabajo en el Hospital y también el número de Doctores y personal de sanidad en general, la formación de promotores pasó a ellos y, a partir de 1990, la Compañía, Misionera organizó cursos  de formación integral para señoras.

Terminamos con esta segunda parte añadiendo una foto de l@s misioner@s (religios@s y animador@s) que trabajaban en el Vicariato por aquél entonces. Esta foto es para los más melancólicos, para que busquen y...encuentren!!


FIN DE LA SEGUNDA PARTE.
CONTINUARÁ...

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