Carmen Bravo Tovar
Misionera de la Compañía Misionera del Sagrado
Corazón de Jesús.
Nace en Logrosán (Cáceres) el 27 de Diciembre de
1934.
De Padres Extremeños, en total han sido cuatro
hermanos, 3 hermanas y un varón ya fallecido.
Hizo Magisterio en Cáceres.
En apariencia pequeña, frágil, pero cuando se le
habla de misionar y hablar en nombre de Jesucristo, cambia el semblante, se le
ilumina el rostro y su mirada es de decisión, cariño, acogida, amistad, y a la
vez se transforma en mujer fuerte, tenaz y trabajadora.
Hna. Carmen Bravo |
A los 18 años y después de haber experimentado
una llamada del Señor y pasado un tiempo de retiro, habló con uno de los
misioneros de la Preciosa Sangre, el padre Edmundo, que era su confesor
espiritual, contándole que el Señor la había llamado y que quería hacer lo
máximo que pudiera: misionar. Porque entonces el que se iba a misionar,
normalmente, ya no volvía más. - "Yo cuando me fui, me despedí de mis
padres, pensando en que no iba a volver a verles, era dar el todo, dar la vida
entera al Señor". En aquella época no había muchas congregaciones de
mujeres misioneras. El Padre Edmundo le dijo que escribiera al Padre Llorente
que estaba en Alaska y que conocía diferentes congregaciones en el mundo.
También era muy conocido porque escribía en revistas y periódicos. Este le
contestó y le habló de una congregación nueva de mujeres que misionaban en
distintas partes del mundo.
A los 21 años, como ella dice, "la llama El
Señor" y entra en la Congregación "Compañía Misionera del Sagrado
Corazón de Jesús".
Lleva misionando unos 51 años.
Ahora son cinco las hermanas que están con ella,
de distintas nacionalidades: una de la India, una de la Sierra de Perú
(Cordillera de los Andes), una de la Selva de Perú, una Catalana y una Extremeña
(ella).
Mapa del Perú, zona donde viven las hermanas, hay que llegar hasta Yurimaguas y de ahí tomar una avioneta hacia Jeberos. |
Vive en el
departamento de Loreto (una de las divisiones que tiene Perú y que en
extensión, es similar a algo más de media España), Provincia del Alto Amazonas,
Capital Yurimaguas.
Están en una Parroquia que pertenece al Vicariato
de Yurimaguas.
Hacia bastantes años que no tenían Párroco, el
que habían tenido se lo llevaron por ser muy mayor y estar enfermo. El Obispo
les pidió que si se podían hacer cargo de la Parroquia y ellas accedieron:
Anteriormente estuvieron en el colegio de San
Agustín en Lima. Ella y sus hermanas eran profesoras de la sección infantil en
el colegio.
Después de reunirse y deliberar llegaron a la
conclusión de que esa no era su vocación, ya que a ellas El Señor las había
llamado "para estar con los más pobres, los más humildes, con los más
necesitados, con los que Él siempre había estado y más quería".
Y manos a la obra. Se dieron cuenta que el cambio
iba a ser muy grande. De dar clases y estar muy bien consideradas, irse a la
selva, con toda clase de incomodidades.
Pero así podían trabajar con los más alejados,
los humildes, los más necesitados, (estaba claro). Se hicieron cargo de la
Parroquia y hasta el día de hoy.
El sacerdote que consigue el Obispo, les visita
tres veces al año: por Navidad, por Pascua y por la festividad de Santa Rosa
(la Patrona). Durante todo el año no tienen sacerdote, ni Eucaristía. Ellas se
encargan de la Parroquia, de que funcione la catequesis y demás cosas.
Cuando llegaron, nadie iba a la iglesia (el
Templo), los nativos pensaban que en el templo había espíritus, por lo que
tenían mucho miedo de entrar en él.
Empezaron a evangelizar al aire libre o debajo de
un árbol, la gente iba a escucharlas y comenzaron con pequeñas comunidades que
se reunían en casas particulares, porque seguían sin querer ir al templo.
Se dieron cuenta de que, a pesar de bautizar a todos los recién nacidos,
no había un sentido religioso ni de Fe en la Comunidad.
Poco a poco fueron preparando a los nuevos
cristianos, a través de un proceso de formación y de Fe.
Siguen con un catecumenado variado: hombres,
mujeres y niños/as, algunas de estas personas llevan ya más de 24 años
siguiendo ese catecumenado.
En esta zona de la misión llevan las hermanas 40
años.
Una parte de la Parroquia está diseminada a lo
largo del rio Aypenas y otra parte por el interior de la selva. Cuando las
hermanas van a visitarlos, por el rio, tardan un día entero, yendo en bote con
motor. Cuando visitan los poblados del interior, a pie, suelen tardar entre 6
horas y 8 horas.
El pueblo donde viven se llama Jeberos. Tiene
unos 2.500 habitantes. La zona de la misión tiene unos 5.000 habitantes.
Por ejemplo para ir de Lima a Jeberos, se puede
ir por carretera o por avión: "Últimamente nos trasladamos en avión
desde Lima a Tarapoto se tardan unas dos horas, y de Tarapoto a Yurimaguas
(aquí reside el Obispo), vamos por carretera; ahora estas están bastante bien,
pues están recién asfaltadas y tardamos unas dos horas. De Yurimaguas a Jeberos
nos trasladamos (debido ya a nuestra edad) en avioneta; se tarda unos 20
minutos, antiguamente lo hacíamos por el rio".
Antes de comenzar a evangelizar, estuvimos
estudiando los problemas y carencias que tenían estas personas. Después de
esto, fundamos un comité de alimentación, otro de salud, preparamos al primer
sanitario, a un enfermero para que fuera él el que curara a la gente, y ahora
hay una Posta Médica con médico con enfermeras, obstetricias, etc.
Al principio dos hermanas, que son profesoras, se
encargaron de la educación de los niños/as para saber como vivían, costumbres,
etc.
Una de ellas fundó el primer jardín de infancia y las dos, durante varios
años, estuvieron en la educación Nos
encargamos de enseñar a los niños, lo cual es muy bonito y enriquecedor, la
mayoría de los jóvenes cuando acaban la secundaria, se van a la capital a
buscar trabajo.
Sabemos que como los antiguos cristianos de la
diáspora, llevan su fe donde quiera que van, algunas veces nos escriben -(Yo
soy ahora la educadora de los/as catequistas, y estos dan la catequesis a los
niños/as)- Una de ellas me cuenta en su carta:
"Lo mejor que
me ha pasado en mi vida ha sido ser catequista, ahora estoy en Lima y estoy
enseñando a niños, la fe que me dieron Ustedes".
Comunidad de Jeberos. |
Esto nos llena de alegría y de ilusión para
seguir trabajando, sabiendo que es una semilla que va germinando y dando sus
frutos, vayan donde vayan.
Actualmente hemos conseguido hacer una casa de
Capacitación de la mujer, esto ha sido posible gracias a un donativo de la
Parroquia de Sierra de Gata, varias amigas/os que tenemos allí lo han hecho
posible, se compone de una sala para costura, un salón para catequesis y reuniones
y otro para cocina en este enseñamos a las mujeres a hacer pan, ha hacer
dulces, estas están contentísimas porque aparte de comer bien, venden los
dulces y los maridos las valoran mucho, pues son una fuente de ingresos para la
unidad familiar.
La región es eminentemente agraria y es de
extrema pobreza, por eso siempre intentamos que cultiven plantas que se puedan
vender en el exterior, como el barbasco o rotenona que es una raíz que se
cultiva y luego tienen que arrancar y de ahí sale un insecticida natural, que
no perjudica para nada a la vida. Una de las hermanas ha conseguido que se
exporte a Lima y después de varios años, se está exportando a otros países.
Estamos intentando luchar contra el alcoholismo,
donde es bastante frecuente.
Hemos tenido anteriormente narcotraficantes con
peligro de nuestras vidas, porque no sabíamos si íbamos a amanecer o no. Hemos
tenido terroristas, pero de todo nos ha sacado el Señor.
Nosotros siempre hemos concienciado a la gente de lo mala que es la
droga y lo malo que es tener narcotraficantes en la zona, por lo que cuando
estuvieron con nosotros hicimos una manifestación por las calles del pueblo con
todas las mujeres, con pancartas diciendo: ¡Queremos la vida!, ¡Queremos la
salud!, ¡No queremos la droga!, ¡Queremos la vida para nuestros hijos!. Los
hombres se metieron en sus casas y nosotras
fuimos las que estuvimos manifestándonos y ellos por las rendijas de las
ventanas miraban. Dos jóvenes postulantes que teníamos, cogieron a los niños y
con bombos y tambores, fueron por las calles también manifestándose.
Los narcotraficantes nos mandaron un mensaje
diciendo que no nos preocupáramos, que ellos se iban a otros lugares y hasta
ahora no hemos vuelto a tener ningún problema con ellos. Últimamente parece que
quieren volver al interior de la selva, esto nos preocupa mucho, pues hay
personas que estan cayendo en el problema de la coca.
En la zona nos tienen muy en cuenta y se nos
valora. Cuando hay reuniones de las Autoridades en el pueblo, siempre estamos.
Vienen, por ejemplo, los del petróleo y ahí estamos para informar y ver si es
bueno o no para el pueblo. Saben que después de tantos años, hemos estado
siempre en lo bueno y en lo malo con ellos.
Ahora lo que verdaderamente nos preocupa es la
continuidad o sea, hermanas jóvenes que continúen nuestro trabajo, pues ahora
mismo hay muy pocas vocaciones.
Desde aquí animo e invito a los jóvenes y menos
jóvenes a venir a vivir una experiencia. Que no tengan miedo de entregar su vida para los demás. Si otras
personas la entregan para enriquecerse (para tener petróleo u otras riquezas
naturales) por qué nosotros no vamos a dar nuestra vida por la Fe y Amor a los
demás, como nos enseñó nuestro Señor Jesucristo. Tenemos que ser semilla y
germen para los demás.
Ahora mismo, hay una Sra. viuda que es de Lima,
que está haciendo una experiencia como misionera con nosotros. No quiere ningún
privilegio; Se desplaza con nosotras en canoa, andando... mosquitos...
privaciones, etc. Está enseñando a leer y escribir a las mujeres que no saben,
está haciendo una labor humanitaria y se siente realizada ayudando a los demás.
Sabe que a estas mujeres ya no las van a engañar tan fácilmente, porque saben
hacer cuentas y saben leer lo que van a firmar.
El año pasado vino una Sra. de Jaén casada, con
hijos mayores, pidió permiso a su familia y estuvo con nosotros 20 días y se
fue contentísima de la experiencia.
Quien tiene una experiencia de esta clase,
normalmente cuando se va a casa, suele cambiar su forma de vida. Se
vuelve menos consumista, suele pensar más en los demás, sabe que hay otra forma
de vida y eso es muy bueno.
Nuestra Congregación aún siendo pequeña, unas 200 hermanas, estamos en
todo el mundo, Europa, Asia, África, América, Oceanía. Tenemos Colegios (por si
algún profesor quiere venir a ayudar y a tener una experiencia), o estamos por
ejemplo en Haití, que hay muchas necesidades y carencias Ahora
mismo con la ayuda del Taller Misionero de la Parroquia de Guadalupe de
Cáceres, vamos a ayudar a las mujeres que tenemos en el taller de capacitación
de la mujer, a cocinar más ecológicamente, fabricando unas cocinas construidas
con barro y paja y colocando unas arandelas de hierro con un agujero que van
donde está el fuego. Se conseguirá más calor con menos consumo, a parte del
humo que se canalizará hacia arriba y no como con el fuego tradicional, que se
va para todas partes y daña mucho la vista. En el fuego que se hace sin cocinas
se pierde la mayoría del calor al estar al aire libre y aunque tenemos muchos
árboles, hay que enseñar a las personas a optimizar los recursos naturales y
pensar en sus hijos y el futuro de ellos. En nombre de ellos doy las gracias a
la Parroquia por ser tan misionera. Y recordarles que en la oración, lo tenemos
todo, no os olvidéis de orar mucho y pedir por nosotros, el Señor siempre os
recompensará.
Mi fe a mis 76 años, me sigue animando a misionar
y trabajar para los demás hasta que no pueda o el Señor me llame".
Y como final animo a los jóvenes a hacer una
experiencia de misión en cualquiera de los países donde trabajamos:
Perú, Colombia, Haití, Chad, India , Camboya,
Marruecos...
Para cualquier información o consulta, pueden
dirigirse a:
Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús
comipasju@companiamisionera.org.pe
Desde nuestra Parroquia queremos dar las gracias
a la hermana Carmen Bravo por habernos dado esta manifestación, que para
nosotros es un gran tesoro. Esperamos que tanto ella como sus hermanas sigan
haciendo un trabajo tan fantástico muchos años más.
...Y cogiendo el testigo que nos ha dejado... ¿Quién se anima?
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